El pajarito que se convirtió en halcón

La opinión de Diego Rivero
15.10.2023 21:00 de  Diego Rivero Mosqueda   ver lecturas
Federico Valverde, Real Madrid
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Federico Valverde, Real Madrid
© foto de Federico Titone/BernabeuDigital.com

No es ningún secreto que mi jugador favorito por muchos años es Federico Valverde. En él se encuentran las características que muchos jugadores de fútbol querrían tener, tanto técnicas como tácticas, sin olvidarnos de la parte sentimental y emocional del deporte, que también las posee. La conjugación de su valor como centrocampista, junto a ser el futuro capitán del Real Madrid forman una combinación prácticamente imbatible, y así lo ha demostrado durante estas tres últimas temporadas. Y eso que sólo tiene 25 años, cumplidos el pasado mes de julio. Pese a los muchos detractores, incluso entre su afición, el uruguayo ha hecho gala de su versatilidad, así como de su amor por el resto de compañeros, pues su posición en el césped le obliga a mostrarlo.

Valverde ha comenzado con un maravilloso pie la temporada y, junto a Jude Bellingham, son los dos mejores jugadores del Real Madrid en estos primeros once encuentros. Lejos queda su temporada en el Deportivo de la Coruña, la que le permitió volver al club para quedarse, y nuestro pequeño pajarito ha evolucionado en todas las facetas de su vida para convertirse en un halcón, aquel que guiará al equipo a sus mayores gestas. No hay que olvidar que sus propios compañeros le nombraron capitán de su selección, un logro muy destacado para alguien de tan corta edad. 

En cualquier caso, el uruguayo es, por méritos propios, intocable para Carlo Ancelotti, pero también lo debería ser para toda la afición. Su sacrificio en el campo, junto a su calidad, forman un centrocampista total e igual para lo que se busca en un terreno de juego. Él no se cansará de demostrarlo, pues su sueño es el Real Madrid, y así lo ha declarado en numerosas ocasiones. Como bien dijo Boromir de Gondor antes de morir, mientras Aragorn le sostenía la mano en sus últimos minutos de muerte: "Te habría seguido, mi hermano... mi Capitán... mi Rey".