No se puede explicar lo inexplicable

La opinión de Javier Rubiano
18.04.2024 10:30 de  Javier Rubiano  Twitter:    ver lecturas
Real Madrid CF
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© foto de Federico Titone/BernabeuDigital.com

El día de ayer se me hizo eterno. Lo primero que pensé al despertarme es en que en unas horas el Real Madrid tenía una cita con la historia en el Etihad Stadium. Intenté estar ocupado durante todo el miércoles, para que la espera se hiciera menos eterna. Obviamente, no funcionó. Pero cuando llegó el inicio del partido, el tiempo se detuvo.

El planteamiento de la primera parte era el que había que hacer, más aún tras encontrarnos con ese gol de Rodrygo relativamente pronto. Ni un pero a Ancelotti, ni un pero al Real Madrid. No se puede decir lo mismo de la segunda parte, con el equipo fundido, sin amenazar a Ederson y con el 1-1 al caer una, y otra, y otra, y otra vez... Hasta que cayó. Solo entonces, Carletto decidió mover el banquillo y el equipo aguantó heroicamente hasta la prórroga. Una vez finalizados los 90 minutos reglamentarios, el equipo de las catorce Copas de Europa era incapaz de ocultar el agotamiento. Carvajal, Vinicius, Nacho, Camavinga... Todos con problemas físicos, con el temor de romperse al menor esprint. Todo lo contrario que Bellingham, por cierto, que resucitó milagrosamente para sostener a los suyos.

Y entonces, los penaltis. Ya era un milagro haber llegado a la tanda después del aplastante dominio del City, pero aún quedaba un último por llegar. Lo hizo por medio de Andriy Lunin, ese eterno suplente de Courtois y, en un principio, hasta de Kepa Arrizabalaga. El ucraniano, que había firmado una noche portentosa, puso el broche deteniendo dos penaltis. Modric falló el suyo, pero los demás no erraron y Rüdiger se convirtió en el héroe de la semifinal, culminando una eliminatoria histórica por su parte.

Llegados a este punto, me parece imposible encontrar una explicación lógica a lo sucedido anoche en el Etihad. No debería sorprenderme, pues si a algo nos ha acostumbrado el bendito Real Madrid es a no razonar. Simplemente, a dejarnos llevar. Próxima parada: Múnich.

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Javier Rubiano
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Javier Rubiano
Doble grado de Periodismo y Lengua y Literatura. Anteriormente cronista de Deporte y Ocio cubriendo LaLiga y LaLigaSmartbank.