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CRÓNICA: Los triples condenan al Madrid

de Nacho Caballero

El Real Madrid cae derrotado ante el CSKA (87-96). Los excesos fallos en el triple y la falta de soluciones para anotar, han permitido a los rusos llevarse la victoria del Palacio. El Madrid se queda un balance de 5-4 y ahora le llegan cuatro partidos seguidos fuera en los que tiene que sacar más que petróleo. [Así vivimos el partido en directo].

 

Era un partido grande y se notaba en el ambiente. Era día para que el Palacio fuese el sexto hombre, y no defraudó. Desde el minuto uno el público arropó a los suyos. El cansancio acumulado se apoderó de los merengues. Un demoledor 0/6 en triples presagiaba que iba a ser un partido carente de acierto en el tiro, y así fue.

Las defensas de ambos equipos funcionaron a la perfección desde el primer momento. Nadie era capaz de dar un golpe sobre la mesa. Los rusos lideraban el marcador pero no eran capaces de dejar atrás a un Madrid exhausto después del esfuerzo realizado en La Fonteta. Los interiores de ambos equipos fueron los protagonistas en todas las facetas del juego.

Sin acierto no hay victoria

El Real Madrid se empeñó en alcanzar el liderato en el partido a través del triple. Con el transcurso de los minutos se vio que no era el día de los exteriores blancos. Ni siquiera Jaycee Carroll fue capaz de entonarse. Todo lo contrario que los rusos, que disfrutaban de un notable 43% al término del tercer cuarto. Grandes números para acabar con tu rival desde el perímetro.

El CSKA mató el partido a base de triples y aprovechándose del desacierto del Madrid, que no encontraba buenas situaciones de tiro, ni buenos ataques.

Último cuarto letal

La dureza en las zonas y la excesiva permisividad arbitral marcaron el partido. Hasta el momento en que todo se calentó con una falta antideportiva de Hines tras soltarle una patada - 'disimuladamente' - a Ayón. El Madrid consiguió acercarse en el marcador, pero fue en vano. La suerte no estaba del lado madridista. Los triples no entraban y no se encontraban soluciones desde el tiro de media distancia.

Los rusos apretaron el acelerador hasta ponerse 13 arriba. No obstante, un parcial de 7-0 permitía soñar a los aficionados blancos, pero pronto despertaron y vieron como el CSKA salía victorioso de un feudo que antaño fue un fortín inexugnable.


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