Laso, camino de escribir su nombre en la historia blanca
El baloncesto europeo mira, a día de hoy, hacia un mismo sitio, hacia el Real Madrid. El juego que el conjunto blanco desarrolló la pasada campaña ha sido objeto de admiración en todo momento y gran parte de culpa la tiene un Pablo Laso que, si consigue la Euroliga, entrará en el Olimpo de entrenadores que han triunfado con el Real Madrid.
Pedro Ferrándiz, Lolo Sáinz y Zeljko Obradovic han sido los tres entrenadores que han logrado alzar la Copa de Europa con el Real Madrid. Sin ninguna duda, estas tres celebridades del baloncesto han sido las más importantes que han pasado por el banquillo del Real Madrid. Alzar el mayor título europeo les ayudó a ganarse esa fama pero, además, cada uno de ellos logró que el Madrid tuviera una identidad propia, admirada en Europa y hasta en Norteamérica.
Desde 1959 hasta 1975, aunque de forma interrumpida, el banquillo del Real Madrid estuvo ocupado por Pedro Ferrándiz, un hombre que dio un giro al significado del baloncesto en Europa. Ferrándiz posee todos los títulos que uno pueda imaginar y parte de ese éxito le llegó por su fuerte temperamento y por la disciplina que impuso en un Real Madrid plagado de estrellas, que deleitaba con rápidas transiciones a los aficionados blancos. Tal fue la importancia del mítico entrenador blanco que, en el año 2007, la NBA le hacía un amplio hueco en el Salón de la Fama, siendo el primer y único español por el momento en formar parte del mismo.
Laso reúne fundamentos que hicieron triunfar al Real Madrid
Dicha disciplina es muy similar a la que hoy en día emplea Pablo Laso con un equipo repleto de cracks que, bien acompasados, han logrado un baloncesto casi perfecto. De otro de los grandes, como fue Lolo Sáinz, también hay reflejos en el actual equipo blanco. El término 'rápido' se queda corto para definir como eran los ataques que el Real Madrid de Lolo Sáinz llevaba a cabo.
Dirigido por dos bases tremendamente hábiles como eran Corbalán y Cabrera, los ataques del equipo blanco eran raudos y definidos para que la jugada acabara en penetración o en tiro de media distancia -de Brabender o Szczerbiak habitualmente-. Hoy, cuando Sergio Rodríguez, también canario como Cabrera y con un estilo similar, coge el balón, la velocidad del Madrid aumenta notablemente. Lo mismo sucede cuando Sergio Llull pone la directa al aro rival.
Para acabar, el último gran triunfador en el banquillo del Real Madrid fue Zeljko Obradovic, quizá el mejor entrenador europeo de las últimas décadas. Con Obradovic, el Madrid ofreció un juego ofensivo completamente distinto. La pausa y los constantes balones al poste bajo eran la pauta básica. Con Sabonis en la pintura, era casi obligado que los balones acabaran en sus manos, pero donde realmente supuso un cambio la llegada del técnico balcánico fue en la defensa.
Aguerrida e intensa era la defensa de un Real Madrid que hacía que sus rivales se desesperaran por la intensidad que mostraba. Dicha intensidad recuerda, en parte, a la que el conjunto de Laso emplea cuando el partido lo requiere. Buenos unos contra uno y un pívot dominante en la pintura que intimide cualquier tipo de penetración. Sabonis en su día con Obradovic, y ahora Bourousis y Mejri en la era Laso.
Los hechos hablan por sí solos y los títulos y los aficionados son los encargados de recordar a los héroes de este deporte, y Laso va camino de convertirse en uno de ellos.