Panathinaikos 78-90 Real Madrid: un gran tercer cuarto con aroma balcánico sentenció el partido
El Real Madrid disputó un partido muy duro hasta el final frente a Panathinaikos, y eso que vino de una batalla interminable frente a Olympiakos el pasado martes. Con actuaciones tan reseñables como las de Mario Hezonja, Dzanan Musa y Facundo Campazzo, los blancos lograron una victoria muy importante y con mejores sensaciones que en encuentros anteriores.
Los primeros minutos comenzaron con un breve intercambio de canastas por parte del Real Madrid y de Panathinaikos, y es que el ritmo era muy alto, con pocas posesiones y lanzamientos muy rápidos. Aunque, eso sí, la figura clave fue Edy Tavares, que no tenía una defensa por parte de los griegos correcta, y el caboverdiano aprovechó el máximo de sus posibilidades para sumar puntos sencillos. No obstante, los locales se adelantaron debido a unas defensas consecutivas muy malas de los blancos, y eso hizo que Chus Mateo moviera el banquillo para dar entrada a Mario Hezonja y a Rudy Fernández, dos buenos especialistas en este campo. El que no dejó de anotar desde el triple fue Gabriel Deck, muy acertado en sus dos intentos, y se convirtió en la gran amenaza exterior. Aunque en este final se unió el croata, que entró como un tiro, y consiguió varios puntos y un robo, lo que permitió continuar con el alto puntaje en ataque.
Un buen triple de Sergio Llull inauguró el segundo periodo, mientras que Hezonja tuvo el mayor impacto en el encuentro con otro robo y un triple al contraataque que supuso la máxima ventaja del Real Madrid hasta el momento: nueve puntos. El tiempo muerto de Ergin Ataman fue clave para parar la sangría en defensa, y lograron acortar el marcador, y es que el equipo blanco se quedó momentáneamente sin ideas en ataque. Los árbitros tampoco ayudaron, por supuesto, que Grecia es intocable, y Kendrick Nunn se hizo con el control del partido con varias acciones de superclase. Si el base americano fue el más destacado de los locales, el croata lo fue para los visitantes, que calló el OAKA con un triple en "catch & shoot" de libro. La última acción de este cuarto la protagonizó Facundo Campazzo, que anotó una media distancia sobre la bocina para irse con ventaja al descanso.
Tras el paso por vestuarios, se volvió a la tónica inicial de los intercambios de canastas a pocas posesiones, aunque el trato arbitral seguía distando de lo normal, aunque no era nuevo, pues el contraste entre los contactos permitidos fue bastante absurdo. Aun así, entre Dzanan Musa y Campazzo se encargaron de mantener alta la anotación del Real Madrid. De hecho, los dos triples del bosnio le volvieron a meter al partido, y el parcial de 0-10 tumbó a los griegos por el momento. Y la ventaja en dobles dígitos llegó con una circulación de balón exquisita que, sumada a la defensa perfecta de los blancos, apagó el fuego en el OAKA. Fabien Causeur anotó desde la esquina y gran tiro exterior, y participó en la autocanasta de Lessort al cargar el rebote tras su propio fallo.
Los griegos reaccionaron en el comienzo de último cuarto, y mientras que su eficacia aumentó en ataque, también lo hizo su intensidad defensiva, clave para cortocircuitar la ofensiva del Real Madrid. De hecho, las malas posesiones de los blacos coincidieron con lo mucho que amasó el balón Llull, que no la soltó rápido aunque los exteriores se movieran. Pese a los fallos en la circulación, su ejecución en el triple le salvó en este inicio, y anotó uno clave para frenar la sangría. Y volvió Hezonja a cancha, además de para añadir energía defensiva, también para anotar puntos clave, esta vez con una bandeja en transición. Si Tavares estuvo bastante bien, también su compañero Vincent Poirier, que disputó la mayoría de cuarto para ser una molestia cada vez mayor en la zona rival. Con más seguridad que ante Olympiacos, los madridistas cerraron el encuentro con un triple de Rudy, que sumado a la gran actuación del base argentino, consiguieron la victoria.