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Repaso a la española

de Alejandro López

Gran piedra de choque, la que volvió a tener enfrente la selección española. Como se pudo ver en el duelo en Santiago de Compostela, Macedonia es un duro rival, que no se rinde y que estudia muy bien a los rivales para conocer dónde y cuándo hacerlos daño, aunque España demostró más paciencia y la diferencia real que existe entre ambos.

Al comienzo del primer cuarto, España no pudo marcharse con la misma facilidad que logró en el primer enfrentamiento. Gran parte de culpa de que el partido continuara igualado fue del 'Terremoto de Luisiana', de Bo McCalebb. El base macedonio anotó siete de los primeros 15 puntos de la selección balcánica, e impidió que España se despegara en el marcador en la primera parte del choque.

Tras los primeros veinte minutos, la selección se puso aún más las pilas en defensa, y en el tercer cuarto es cuando empezó a fraguarse el juego vertiginoso de España. Los fallos en el tiro de Macedonia propiciaban contrataques claros para la selección que, de la mano de Sergio Rodríguez, acababan en canasta constantemente. Cuando la selección cogió el ritmo en ataque basado en el trabajo y la perseverancia se convirtió en imparable y la ventaja comenzó a ampliarse.

Orenga seguía pidiendo intensidad en cada tiempo muerto, y tanto Llull como Marc hacían gala de los grandes defensores que son. Con agresividad atrás y acierto en el aro contrario la selección española se impuso con raza y de forma holgada finalmente a una Macedonia que hizo sufrir más de lo que a priori se esperaba (77-55).

El siguiente test de la selección será el viernes 23 de agosto en Madrid ante la poderosa selección francesa, un duelo siempre cargado de emoción y espectáculo.


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