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Al Castilla no le salen las pruebas

de Alejandro López

Si por algo se caracterizó el primer filial blanco la pasada campaña fue por el buen gusto por el fútbol de toque y por la movilidad del centro del campo a la hora de la creación y elaboración de juego. Dos señas de identidad que prácticamente ni se atisbaron en el primer test de la temporada jugado en El Molinón.

Toril apostó por José Rodríguez y por Omar Mascarell en la creación, siendo ambos una de las parejas más técnicas con las que ha contado el técnico cordobés. Lucas fue el único extremo puro en el once de Toril, que se decantó por sacar a dos puntas que se alternaron la otra banda del filial blanco. Así, se dio el primer cambio respecto a la pasada campaña: la pérdida de un extremo puro. Esto afectó también a la posición del '10', ya que Borja García tuvo que caer al costado más de lo debido, dejando así de lado en muchas ocasiones su labor de enlazar el fútbol entre el medio y la delantera.

Durante la temporada 2012/2013, Toril plantó un 4-2-3-1 como sistema habitual, con dos bandas puras y un mediapunta, habitualmente Borja, que ejercía la función de enganche a la perfección y que cuando el equipo lo necesitaba echaba una mano a los mediocentros en la salida de balón. Esa función, que tan importante fue la pasada campaña, fue eliminada por Toril en el primer partido ante el Sporting, y se notó cómo Omar y José Rodriguez se veían constantemente obligados a abrir el balón a banda hacia Llorente y Casado, que prácticamente llevaron más peligro en el campo rival que los jugadores de ataque.

La apuesta de Toril por Óscar Plano como extremo o interior no salió. Tanto Plano como Sobrino tendían casi siempre a meterse hacia el centro, cosa propia de su posición natural, dejando su banda inhóspita para el toque. Quizás, ante la ausencia de Jaime Romero, que se presupone como el otro extremo castillista, lo más lógio hubiera sido apostar por Burgui o Belima.

Si, por el contrario, apuesta por que Borja caiga a banda, Aguza o Torró hubieran dotado al filial de más movilidad, verticalidad y toque en el centro del campo. Aunque tan solo se ha jugado la primera jornada, parece claro que Toril tiene aún trabajo por delante de cara a mejorar la imagen que dio el equipo en Gijón.


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