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Cosa de brujas

de Pablo Pérez

Nueva derrota del conjunto de Toril, que viajaba a Tenerife con la ilusión y la fe de lograr la primera victoria de la temporada. Pero no pudo ser, y no sería porque no lo merecieran. El filial madridista fue superior al equipo isleño, especialmente en la primera parte, pero una vez más la falta de suerte de cara a gol sumado a un grave error arbitral, volverían a dejarle sin premio. Ayoze, que entró tras el descanso, hizo el gol local y fue una pesadilla para los blancos.

El Real Madrid Castilla salió con las ideas muy claras al Heliodoro. Conscientes de que la victoria era casi una obligación, optaron por llevar la iniciativa en un encuentro que comenzarían dominando al ritmo de Omar y José Rodríguez. Los mediocentros blancos se harían los dueños del centro del campo desde el minuto uno, superando claramente a Ros y Ricardo.

Y, al contrario que en pasados encuentros, el dominio castillista no quedaría en vano. A los dos minutos de partido Burgui avisaba a Aragoneses, dando claras muestras de que iban desde el principio a por los tres puntos. El control del filial se acentuaba al tiempo que se escuchaban los primeros murmullos de afición de un Tenerife que veía cómo se equipo era incapaz de elaborar una sola jugada.

El Castilla seguía a lo suyo y Borja probó fortuna desde fuera del área en el 16', pero su disparo se marcharía desviado. El Tenerife se dio cuenta entonces de que, o reaccionaba, o se les escapaba el partido. Y lo intentaron. Sería Chechu Flores, en el 19', el autor del primer disparo de los locales, al que Pacheco respondería a la perfección. Pese a estos primeros acercamientos del conjunto tinerfeño, los de Toril seguían controlando el ritmo del choque gracias al dominio en la medular y a la rapidez de los hombres de ataque.

Gol anulado al Tenerife y aviso de Sobrino

Pero a punto estuvo de repetirse la historia que persigue al filial madridista desde la primera jornada. Corría el minuto 27 de partido cuando Chechu Flores anotaba un auténtico golazo que a la postre anularía el colegiado por fuera de juego de Aridane, que intervino en la jugada. La fortuna parecía por fin acompañar al Castilla. Pero esta abandonaría a los de Toril minutos después, cuando Sobrino erraba un gol cantado a puerta vacía.

Pase espléndido de José Rodríguez a Lucas cuyo centro dejaría solo al de Daimiel, que falló bajo palos estrellando el balón en la madera. El maleficio del gol volvía a sumar un nuevo capítulo. El Castilla, con Omar y José Rodríguez a un nivel enorme, seguiría dominando hasta el final de una primera mitad que terminaría con un nuevo acercamiento local y en el que Pacheco volvería a estar perfectamente atento.

Ayoze, el más listo de la clase

Alberto Cervera decidió mover ficha en el descanso. Y no le pudo ir mejor. La entrada de Ayoze y la inyección de moral, harían al Tenerife salir con otra cara en la segunda mitad. Si bien es cierto que fue el Castilla el que tuvo los primeros acercamientos tras la reanudación, sería la velocidad de Ayoze la que se llevaría el premio en un error entre Pacheco y Pulido en el 51'.

Pase en profundidad al jugador canario que, con velocidad e insistencia, acaba llevándose un balón que no despeja Pulido y al que no llega Pacheco en una salida fratricida para, a puerta vacía, poner el 1-0 en el marcador y atestarle un nuevo golpe al filial madridista que veía cómo la victoria se le iba a escapar una vez más.

Pese al gol, los pupilos de Toril no se desmoralizaron. Y motivos tenían para hacerlo. Ayoze, que fue una auténtica pesadilla para los blancos, volvería a tener el gol en sus botas. Pero el Castilla se rehízo, y Borja cerca estuvo de lograr el empate en el minuto 57'. Toril decidió dar un paso al frente y dio entrada a Jaime por José Rodríguez y a Benavente por Burgui.

El Castilla volvería a hacerse el dueño del partido, pero una vez más el gol no terminaba de llegar. Borja seguía intentándolo, pero no había manera. Al buen juego le faltaba cierta profundidad, algo que aportaría a la perfección el jovencísimo Cristian Benavente, que sería protagonista minutos después.

El colegiado se traga un penalti a Benavente

Y es que el peruano sería objeto de un claro penalti en el minuto 74. El canterano blanco apuró línea de fondo y, tras un magnífico recorte, se internó en el área al tiempo que el zaguero local le zancadilleaba derribando claramente al mediapunta. Pero el árbitro no lo vio, o no lo quiso ver, y desató sí la ira de los jugadores castillistas, especialmente de Pulido, que cerca estuvo de ver la roja por sus protestas.

Pero había que seguir remando en busca de sacar al menos un empate. Y para ello, Toril dio entrada a Rozzi por el alterado Pulido, en un último intento de morir matando. Pero nada. Los últimos minutos fueron un recital de Pacheco, que evitó en varias ocasiones la sentencia local, y una nueva muestra de la maldición del Real Madrid Castilla, que lo intentó sin premio. Al final, una nueva derrota dolorosa e inmerecida para los de Toril, que ya no saben qué más hacer para sumar un punto.

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