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Humillados y condenados

de Pablo Pérez

El Real Madrid Castilla visitaba Ipurúa con la moral con las nubes y con una confianza plena en poder sacar algo positivo por primera vez a domicilio. Sin embargo, todas estas buenas sensaciones se esfumaron al tiempo que el Eibar, con un gol en propia puerta de Casado, se puso por delante a los 20 minutos. Después, se vería toda una humillación (6-0) que deja más que tocado al filial madridista. [Narración y comentarios en directo]

Los primeros minutos del choque marcarían la tónica de lo que sería toda la primera mitad, un partido de máxima igualdad, sin apenas ocasiones y en el que ninguno de los dos equipos hizo méritos para ponerse por delante del otro. Sin embargo, y como es habitual para el primer filial blanco, sería algo que sí ocurriría.

Un error que condiciona el partido

Y es que, tras unos primeros 20 minutos en los que ninguno de los porteros tuvieron que intervenir y las oportunidades se resumían en disparos muy desviados o acercamientos que se quedaban en nada, el Castilla vio cómo un nuevo error volvería a condenarles como en otras tantas jornadas.

Esta vez la cosa estaría entre Yáñez y Casado. El meta blanco erraría en la salida a un centro pasado que encontraría a Eizmendi a la espalda de Casado. El extremo consiguió conectar con un balón que el capitán madridista mandaría al fondo de la red en el 20' partido. Jarra de agua fría para un equipo que vio cómo sus opciones se reducían, y mucho.

El gol, como no podía ser de otra manera, condicionó en exceso el partido. El Eibar ya había cumplido su objetivo y ahora solo tenía que guardar la ropa y esperar a ver si sentenciaba el partido en alguna contra o jugada a balón parado. Por su parte, el Castilla volvería, como en cada partido, a intentar remar para llevarse algo positivo de Ipurúa. Algo que estuvo cerca de hacer Cabrera en un gran remate de cabeza en el 27' que, lamentablemente, iría a las manos del meta local.

Y este cabezazo del uruguayo sería la última clara ocasión de una primera mitad en la que ambos equipos siguieron manteniendo la máxima igualdad hasta el tiempo de descanso. Un descanso al que el Castilla volvía a llegar una vez con un resultado adverso y que iría a más en la segunda mitad.

Nuevo error y se acabó

Y es que, escasos cinco minutos después de la reanudación, el Castilla volvería a condenarse con un error de patio de colegio de Jaime, que lanzó un taconazo al borde del área. Un lujo tan innecesario como perjudicial que acabaría en los pies del Eibar y posteriormente en la red castillista después de que Gomes fusilara a Yáñez para poner el 2-0 en el minuto 51'. Una jugada en la que quedaría patente la falta de contundencia de un filial que decía prácticamente adiós al partido.

Raúl de Tomás se autoexpulsa y un penalti mata el partido

Un adiós definitivo que llegaría pocos minutos después, cuando Raúl de Tomás se marchaba a la calle por doble amarilla. El delantero blanco, que ya tuvo que ser expulsado por una agresión en la primera mitad, volvería a cometer el mismo error en la segunda al propinar una patada si balón a un zaguero local. Segunda cartulina, y a la caseta.

Sin embargo esta expulsión precedió a los mejores minutos de un Castilla, que tuvo alguna que otra ocasión en los pies de Casado, Borja y Jaime. Precisamente fue este último el que tuvo la más clara. Pero fue un mero espejismo y los últimos minutos servirían para que los de Toril regresaran a Madrid con un saco de goles.

El tercero de los locales llegaría en un nuevo error defensivo, esta vez de Cabrera. El uruguayo cometería un penalti evitable sobre Eizmendi que transformaría Gomes para firmar el segundo en su cuenta particular. Corría el minuto 65' y aún le quedaba mucho por aguantar a los canteranos madridistas.

El Castilla se marcha humillado

Nada menos que tres goles más serían los que recibiría el Castilla para volver con un set en blanco a casa. El equipo bajó los brazos y solo podía mirar cómo el Eibar seguía ampliando una goleada que deja muy tocado al equipo y al entrenador, Alberto Toril, que parece no tener soluciones para sacar la situación adelante.

En el minuto 74, Arruabarrena inició el carrusel de goles al marcar a puerta vacía. Era el cuarto. El siguiente llegaría diez minutos después, y lo haría con la firma del excastillista Jota, que había entrado en la segunda mitad, y que conectó un gran cabezazo ante el que nada pudo hacer Rubén Yáñez. Por último, Urko Vera también vería puerta para completar el set y poner fin a la humillación sufrida por los de Alberto Toril. Golpe muy duro para el Castilla.


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