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Mascarell guía al 'nuevo Castilla'

de Alejandro López

El Real Madrid Castilla necesitaba un cambio y desde los despachos se apostó por sustituir a Toril, dándole las gracias por su trabajo, y apostar por algo continuista como fue el ascenso de Manolo Díaz. Con el técnico madrileño han llegado dos buenos resultados de forma consecutiva y el guión de estos choques ha girado en torno al protagonismo de Mascarell en el centro del campo.

El fútbolista canario era imprescindible en los planes de Toril, disputando todos y cada uno de los choques cuando el míster andaluz era el que ocupaba el banquillo castillista, pero el jugador tinerfeño no acababa de sentir esa libertad que le hacía ser el mejor del Real Madrid C la temporada anterior, quizá influenciado por la tremenda racha negativa que desde la primera jornada arrastró el Castilla.

No se sabe si es por el cambio de entrenador, por la llegada de uno de sus 'padres' en la cantera merengue, o porque quizás Torró se haya establecido como su pareja ideal en estos momentos, pero Omar vuelve a brillar en el equipo castillista como hizo con Díaz la pasada campaña. Posiblemente los tres factores hayan influido parcial o totalmente en la inmediata mejora del joven talento madridista.

Vuelta a un rol conocido

Aunque con Toril era uno de los jugadores que se salvaba de la quema que el equipo madridista estaba viviendo debido a los malos resultados, no se veía al Omar tranquilo y confiado. Aún manteniendo al equipo con vida siendo el máximo artillero del filial, no se mostraba cien por cien cómodo dentro del campo. Recurría excesivamente al balón largo en busca de los extremos merengues, motivado quizás por la sequía goleadora que vive el Castilla, y dejaba algo de lado ese sutil toque en corto o de media distiancia que le distinge de los demás centrocampistas del filial.

Con la llegada de Díaz parece que ha vuelto el mejor Omar. El que ya fuera técnico suyo en el Real Madrid C le ha dado todos los mandos del barco merengue que espera no encallar en las peligrosas rocas del descenso. El míster blanco le ha dado galones y le ha situado a su vera a un Lucas Torró, a disposición del canario para que sea este el que maneje la sala de maquinas blanca. La pareja de mediocentros funcionó bien ante el Numancia, pero funcionó aún mejor ante el Jaén la pasada jornada. Mascarell dio un auténtico recital con el balón en los pies, moviéndolo a su antojo de banda a banda y buscando el uno contra uno de los extremos constantemente.

Parece que Díaz seguirá apostando por la pareja formada por el tinerfeño y Torró que tan buen resultado le ha dado en los dos últimos partidos. Si el fútbol de los blancos continúa empezando desde las botas de Mascarell y se mejora el acierto de cara a portería, el Castilla puede salir de la zona de turbulencias en la que vive actualmente antes de lo esperado.


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