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Un ultimátum que lo cambió todo en el Real Madrid

de Alejandro Alonso
Santiago Bernabéu, Real Madrid

En el Real Madrid siempre se ficha a los mejores jugadores del mundo. Da igual la edad o el coste en muchos casos, lo más importante es que puedan adaptarse a la perfección a la entidad más exigente del planeta. En los últimos años han llegado jugadores de la talla de Vinicius, Rodrygo Goes, Jude Bellingham o Aurélien Tchouaméni, entre otros. Todos ellos han resultado estar entre los mejores del mundo pocos años después de sus llegadas al Santiago Bernabéu.

Sin embargo, hay algunos casos en los que para nada se asemeja a este tipo de llegadas. El caso más conocido es el de Iker Bravo, delantero que sigue cedido en Valdebebas procedente del Bayer Leverkusen.

UN ULTIMÁTUM QUE LO CAMBIÓ TODO

Iker Bravo ha tenido que cambiar de forma radical para seguir de blanco. En el Castilla no se entendía con Raúl González, que pidió al club que lo bajase al Juvenil A de Álvaro Arbeloa para desarrollarse como futbolista. En noviembre recibió un ultimátum por parte del mito madridista: o cambiaba, o se marcharía de forma inminente del Real Madrid.

Tenía dos opciones y eligió la correcta según ha podido confirmar Marca. Desde entonces está mucho más centrado dentro del terreno de juego, en el que está brillando para sorpresa de muchos. Está jugando en otra posición, más partiendo de la banda, donde está resultando ser un auténtico puñal para los intereses madridistas. Por el momento su continuidad sigue en el aire, pero parece que ya hay posibilidades de que se pueda quedar en el Real Madrid más allá de esta temporada.

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