A MÍ SÍ ME GUSTÓ EL REAL MADRID
Los aficionados madridistas están enojados por un sinfín de motivos que, en su gran mayoría, son para quejarse. Ahora bien, a lo largo de esta nefasta temporada nos topamos con hasta 10 partidos en los que el Real Madrid jugó un peor partido que ante el Villarreal: Alavés, Huesca, Rayo, Atlético (Supercopa y Liga), Levante, Sevilla, Barcelona, CSKA, y Valladolid. No entiendo las críticas hacia el club blanco por el envite que hizo en el Estadio de la Cerámica, donde consiguió sacar un punto meritorio ante un histórico que se jugaba la vida (al igual que el propio Madrid) y con los imprevistos de la lesión de Bale y la gripe de Modric.
El madridismo necesita hacer autocrítica, pero no del partido de ayer... Y sí, de lo que les pasó a los jugadores en octubre que no ganaron ni un solo partido de la competición doméstica. Solari ha hecho un milagro: dejar al equipo cuarto cuando hace menos de dos meses era noveno. De 21 puntos solo se ha dejado cinco por el camino, al igual que el Barcelona. Incluso, suma un punto más que el Atlético de Madrid en los cinco últimos envites. Además, estamos presenciando la segundo mejor racha del Madrid a lo largo de esta temporada: invicto durante cuatro partidos consecutivos. El contexto es desolador. En efecto, pero se están identificando problemas que en realidad no lo son. Insisto, el Madrid compitió ante el Villarreal con muchas dificultades y estuvo muy cerca de llevarse la victoria.
El Real Madrid 'tiró' LaLiga en octubre al no ganar ni un solo partido. Frente al Villarreal compitió y pudo haber sucedido cualquier cosa. Eso es lo mínimo que se le puede exigir a un equipo que viene de ganar cuatro Champions en el último lustro. Varane anotó, Vázquez asistió, Benzema se reencontró, Kroos mejoró, Courtois salvó... hay alicientes positivos del encuentro, de verdad que los hay. En octubre parecía que este equipo jamás volvería a ganar y, resulta curioso, que el aluvión de críticas justamente llega cuando la cosa mejora. Menos mal...
Por último, un apunte final. Florentino Pérez no se equivocó en su gestión veraniega de fichajes, al revés. Después de la salida voluntaria de Cristiano, el Madrid tenía dos opciones apostar por la opción coherente o contentar a las masas a base de dinero. Partiendo de la base que Neymar y Mbappé no estaban en venta por muy verde que fuesen los billetes, lo único que quedaba era pagar 250 millones por Hazard o Icardi. Y, si eso ,intentar negociar con Levy para atar a Kane, quien sabe si por 400. Una plantilla que viene de ganar tres Champions consecutivas se merece un respeto y si ellos ayudaron a Cristiano, lo ético, lo coherente y lo normal es que la directiva hiciese lo que hizo: dar el relevo. Por circunstancias del fútbol, Isco, Asensio, Bale y Benzema no han sido capaces de sustituir a Ronaldo. Eso ya es otra cuestión distinta...