Bale: de comerse el mundo a terminar su carrera antes de tiempo
Gareth Bale llegó al Real Madrid en el verano de 2013, después de unas negociaciones exhaustas, donde el Madrid puso todo el empeño en hacerse con los servicios del "sucesor de Cristiano Ronaldo". Mismos gestos al correr que el luso, mismo lanzamientos de falta. El madridismo tenía motivos para estar tranquilo, puesto que al mejor jugador de la historia del Real Madrid ya tenía sustituto natural. La primera temporada fue la mejor y la más gloriosa para un jugador serio, que no hablaba mucho, pero filemente comprometido con el equipo. Un gol en la final de Champions y una Copa del Rey suya son los grandes recuerdos que se tienen del extremo. Después todo han sido decepciones. Goles clave en finales, pero numerosas lesiones que le han apartado del vestuario y de partidos donde sí se necesitaba a Bale.
En la última temporada el rendimiento fue cero. A Bale ni se le esperaba ni se le encontraba. Actitud negativa, poca implicación y pasando totalmente del equipo, sobre todo en los malos momentos. En las seis temporadas que ha estado en el equipo, Bale ha pasado de comerse el mundo y ser el posible candidato a Balón de Oro, a poder terminar su carrera antes de tiempo. China es una liga donde, económicamente le va a ir muy bien, pero en lo deportivo no tendrá grandes momentos. Pese a todo, puede que China sea el mejor destino posible para Bale, puesto que el dinero es lo que más le importará, visto que en el Madrid lo deportivo lo ha pasado por alto, sobre todo en la última campaña.
Bale es el mejor ejemplo de lo que alguien pudo ser y no fue. Ni la cabeza, ni las lesiones, ni su falta de intento de adaptarse a España, a Madrid y lo más importante, a la dinámica del vestuario le han condenado a su fracaso. Bale ha sido importante para el Madrid y se le recordará por momentos como los citados en su primera temporada; del resto se olvidará. Tanta paz lleves, como descanso dejes.