De tener pie y medio fuera del club a ser la gran esperanza de Julen
Desde que el Real Madrid levantara su Decimotercera Copa de Europa en Kiev, la vida de Gareth Bale ha dado muchas vueltas. El extremo galés se llevó un chasco al enterarse que no partiría de inicio en la final, y el futuro que él imaginaba estaba lejos de Concha Espina. En Kiev, saltó al campo en la segunda mitad, hizo un doblete con una chilena incluida que en los anales de la historia no se olvidará y se erigió como el MVP de la noche.
Cristiano que no estuvo muy certero esa noche, fue protagonista en el post-partido durante la celebración y para colmo, Bale se unió a la fiesta. "Tengo que sentarme con mi agente y ver qué hago" dijo el galés. Ahora, tres meses después y con el adiós de Crisitano, el Madrid pone gran parte de sus esperanzas en Bale y Gareth, valiente y sin miedo, acepta el reto. Es pieza indispensable en el esquema de Julen Lopetegui y sus números demuestran el liderazgo que ejerce en el ataque de los blancos.
El galés registró el curso pasado 21 goles en un total de 39 partidos disputados con los blancos. Su mejor registro está en 22, números que firmó en su primera temporada, pero las esperanzas del madridismo exigen y desean unas cifras más altas que ayuden a olvidar los cuantiosos goles que firmaba Ronaldo. Como recoge el periódico Marca, en el club hay confianza en el jugador. Para Julen es la estrella del equipo y el jugador, sin Cristiano, se siente mucho más liberado e importante sobre el césped. Se le ve feliz y motivado, está más integrado y si las lesiones le respetan, puede ser el nuevo héroe de los blancos.