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EEUU deja mal sabor de boca: tres derrotas, defensa frágil y descomposición de la BBC

de Christian Caselles

La pasada madrugada, Miami se convirtió en el foco mundial del fútbol a causa de un partido algo inusual, un Clásico en pretemporada. Lejos de toda la parafernalia mediática que creó este evento, a ojos del aficionado quedaron varias cosas en evidencia: la fragilidad defensiva del Real Madrid y la posible y quizá necesaria desintegración de la BBC. Zinedine Zidane tiene trabajo, y mucho, pues en tres partidos de International Champions Cup, tres derrotas propiciadas por clamorosos errores defensivos. No sólo se trata de los cuatro goles encajados ante el Manchester City, sino que las alarmas saltaron de forma más clara ante el Barcelona con dos goles encajados en apenas siete minutos de juego. Los méritos del ataque barcelonista no fueron sino causa del letargo en que el Madrid se encontraba al inicio del partido, parecía que el conjunto blanco todavía no había aterrizado en Miami hasta el gol de Kovacic. La falta de concentración y escasa solidez defensiva hirieron al Real Madrid, pero nunca muere. Este coloso,como ya hizo en numerosos partidos de liga, se alza y gesta la remontada en pocos minutos. Primero, un gran gol del croata, aquel suplente que encandila cada partido al madridismo, y después, Asensio nos deleita con una magnífica definición a sangre fría, nada nuevo.

El Barcelona estuvo por encima a nivel colectivo, pero la reacción de los blancos fue de sobresaliente siempre y cuando hubiese sido constante. Empezando por el error de Sergio Ramos en el gol de Messi y terminando por el fallo en las marcas con el gol de Piqué, el Madrid suscita grandes dudas en cuanto al nivel de su zaga. No es preciso señalar que la fragilidad sea cuestión de falta o necesidad de jugadores, como la marcha de Pepe o Danilo, es más bien una mera cuestión de físico y concentración. A la vuelta de la esquina se encuentran los dos primeros títulos de la temporada, así pues, depositando mi fe y confianza en Zizou, estos errores deben ser pulidos y soy consciente de que así será. No pretendo hacer uso del tópico de no juzgar a un equipo por un sólo partido, y encima amistoso, pero creo que el margen de mejora del que dispone el Real Madrid es corto debido al próximo choque ante Mourinho, pero también creo en el mejor equipo del mundo y la mano milagrosa de Zidane y una amplia plantilla que no decepciona. Y aquel que juzgue basándose en 'la flor en el culo', que alce la vista al palmarés que deja el francés a su paso. 

Asimismo, hay una cuestión de gran peso que cada vez es más clara: Benzema y Bale y sus cuestionables participaciones. Ciñéndome al caso del francés, no cesaré en reiterar que a nivel técnico no hay delantero que le supere en Europa, los habrá más rápidos, más anotadores y más potentes, pero nadie se acerca a Benzema cuando se trata de calidad con el balón en los pies. Dicho esto, no sólo porque es del gusto de Zidane, sino por la marcha de Morata, es obvio que el francés debe tener un hueco en la plantilla, pero tiene una asignatura pendiente, coloquialmente hablando, debe tener más sangre en las venas y ser constante en su participación, más agresivo, más participativo en las ayudas. Por otro lado, el caso de Bale es hasta ahora insalvable. Realmente desde su llegada a la capital blanca no ha mostrado su mejor nivel, que lo tiene, y las continuas lesiones le han pasado factura. Ante el Barcelona daba la sensación de ser un jugador lento, al que pesaban las piernas, apenas dejó constancia de su titularidad. Y mientras Bale decae, Asensio enamora, y no sólo está llamando a la puerta de la titularidad, sino que la está derribando. Las alternativas a Bale son numerosas, Isco y Asensio las más obvias. Muy lejos de ser aquel jugador que mantuvo al Madrid arriba en la pasada temporada ante la lesión de Cristiano, cada vez parece más factible su marcha. Pretendientes no le faltan, y es de sobra conocido que Mourinho suspira por el jugador galés. Pues bien, ante la suposición de una salida de Bale, vuelve a sonar con fuerza la inminente llegada de Mbappé, lo que cambiaría por completo el esquema del Real Madrid. Si Mbappé ficha por el Madrid es evidente que es para ocupar el puesto de titular, ya que a sus espaldas mantendría la presión de 180 millones de euros, y Florentino no permitiría que habiendo desembolsado semejante cantidad, el francés no jugase. 
Pues bien, el mercado de fichajes es largo y aún puede deparar numerosas sorpresas, pero el Madrid tiene una tarea más importante, mantener el trono, y para ello Sergio Ramos debe alzar los próximos títulos, la Supercopa de Europa y la Supercopa de España, que den inicio al anhelado sextete. 


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