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El gran error de Zidane en el Clásico no fue poner a Bale, sino el lío en el que metió a Casemiro

de Nicolás Rein

Dos días después del Clásico, con las aguas calmadas y gracias a la perspectiva que da el tiempo, hay ciertos detalles del partido que conviene analizar de cara al tramo final de temporada del Real Madrid de Zinedine Zidane.

Desde la llegada del francés, los blancos se han caracterizado por dos dogmas en su juego: el conservadurismo ofensivo, relacionado principalmente con la función de Casemiro, y los ataques destinados a ser rematados por el mejor goleador de la historia: Cristiano Ronaldo. En el plano defensivo destacan las individualidades por encima del colectivo: la capacidad de Kroos y Modric de presionar y compensar espacios, la inteligencia de Casemiro corrigiendo y robando y el poderío de todos los centrales de la plantilla, que han demostrado un dominio de la gestión de las marcas, las coberturas y la anticipación de un nivel insuperable.

El Madrid defiende bien porque tiene futbolistas de élite que entienden el fútbol en toda su complejidad y que poseen cualidades técnicas y físicas muy superiores al resto. Y son capaces de explotarlas al máximo porque Zidane les ofrece el contexto más cómodo posible para defender: bloque replegado, pocas pérdidas en salida y un animal llamado Casemiro que hace a la vez de fontanero, albañil y electricista.

Sin embargo, todo el entramado defensivo de los blancos se derrumba cuando Zidane cae en la trampa de otro entrenador y otro equipo de élite. Luis Enrique mandó a Messi al medio y Zidane picó sacando a Casemiro de posición para defenderle. El brasileño no destaca por su capacidad de marca ni por ser veloz en el giro, algo imprescindible para defender a Messi. Modric o Kroos, con sus limitaciones, hubieran hecho mejor el trabajo porque están acostumbrados a perseguir y robar; la función de Casemiro es colocarse, observar y anticiparse.

El Real Madrid hubiera defendido mejor en el Clásico si hubiera seguido su plan habitual (replegarse y cerrar líneas para salir con espacios) o hubiera atacado la debilidad de su rival (presionar la salida de balón anulando a Busquets). Luis Enrique engañó a Zidane, utilizó a Messi, que no es poco, y desorganizó al Madrid. Escribirlo ahora es muy fácil, intuirlo antes o durante el partido solo lo pueden hacer profesionales tan excelentes como el francés. En mi opinión, estos detalles son los que aun le alejan de la élite de entrenadores y, por tanto, pueden alejar al Madrid de los títulos. Los seguirá ganando por los futbolistas que tiene y porque el 95% restante del trabajo de ‘Zizou’ es excelente, pero esa gota de perfección puede ser determinante en duelos tan parejos. Veremos ante el Atlético.