El Madrid colocó la primera piedra en la semana de la consolidación
La dinámica del Real Madrid no invitaba al optimismo tras varios tropiezos en los últimos encuentros. El Deportivo de la Coruña llegaba al Santiago Bernabéu dispuesto a alargar la crisis blanca. Adrián López golpeaba primero y sembraba el pánico en el estadio. El contexto no ayudaba, por eso hay que destacar la fortaleza mental necesaria para reaccionar y volver a la senda del triunfo.
Los hombres de Zidane recuperaron el gol y ganaron en confianza a medida que transcurrían los minutos. La vuelta al 4-3-3 sirvió para mejorar la fluidez de un equipo que se había convertido en previsible. Un punto de inflexión para afrontar una semana clave que puede devolver la ilusión a Chamartín.
La goleada de ayer, unida a certificar el pase a las semifinales de la Copa del Rey el próximo miércoles puede enderezar el rumbo de un equipo que tratará de tomar Mestalla el sábado. El Madrid, pese a estar sin opciones en Liga, está obligado a buscar con ahínco la segunda plaza y para ello el encuentro frente al Valencia sería clave. Una victoria se vería compensada en forma de reducción de puntos, además la moral del vestuario se dispararía de salir vencedores en unos de los feudos más complicados del campeonato.
El hambre insaciable de Cristiano Ronaldo, la recuperación de Gareth Bale para la causa y una sala de máquinas que volvió a carburar hacen que el optimismo aparezca de nuevo. Llega el momento decisivo para mejorar la imagen dada en la primera parte de la campaña. Zidane lo sabe y los jugadores estarán a punto.