Expediente James: la verdadera incógnita del colombiano en su etapa en el Madrid
Fuente: Mozart Ballesteros Castillo
Hace unos años, llegaba un jugador por el que se decía que llegaba “para vender camisetas”. Un jugador que, para muchos otros, había sido una revolución en el Mundial. Un mediocampista que había hecho buenas campañas en un Oporto consiguiendo tres Ligas, tres supercopas de Portugal y una copa nacional, además de una Europa League, junto a galardones individuales como jugador revelación en 2013. Más tarde, su llegada al Mónaco por 45 millones (fue enviado junto a su compañero Moutinho que fue vendido al mismo club por 25 millones). En el Principado todo lo conseguido fue un subcampeonato y galardones individuales que se confirmaron en su exhibición en el Mundial.
Este buen momento le hizo llegar a un equipo blanco que comenzó dubitativo a pesar de ser el año anterior campeón de la Liga de Campeones, campeón del mundo de clubes y de la Supercopa de Europa. En un Madrid cansado física y psicológicamente que acabó segundo a tan solo dos puntos del campeón, su máximo rival el F. C. Barcelona, James fue de las pocas notas positivas de la campaña.
Año nuevo, vida nueva, o eso dicen. Rafa Benítez, tenía una forma de ver el fútbol en el que el cafetero junto a otros era menos importante. Buscaba un equilibrio, que con Casemiro tras su cesión del equipo portugués que, casualmente, estuvo James previo paso por el Mónaco, lo conseguía. Pero en un equipo partido y en el que parecía que el entrenador iba por un lado y varios futbolistas no conseguían conectar con esa línea; en enero el exentrenador de entre otros Nápoles, Inter o Liverpool; fue destituido en favor de Zinedine Zidane. Nuevo entrenador y parecía que volvería a tener James importancia… nada más lejos de la realidad. No parecía que James consiguiera dar ese “trabajo” que precisaba su equipo a ojos del míster. Y con un Isco distinto y con otra “cara” de un Casemiro espectacular en defensa y una revelación como Lucas Vázquez, entre otros, consiguieron la ansiada Copa de Europa ante el Atlético.
Este año comenzó siendo más usado el colombiano en varios partidos importantes, entre ellos la fase de grupos de la Champions o la Supercopa de Europa conseguida al comienzo de campaña, parecía que iba a haber de nuevo un James como el del primer año. Pero no conseguía conectar con ese equilibrio que buscaba encontrar Zinedine con un “bloque b” en sus rotaciones. Un momento incómodo para el futbolista que hizo que, tras la consecución de una nuevo Mundial de Clubes, cayera en palabras que dejaban en duda su continuidad en el equipo blanco. La vuelta de vacaciones navideñas dejó grandes partidos como algunos ante el Sevilla, parecía que James volvía a ser feliz. Pero de nuevo, James volvía a tener a otros futbolistas por delante no solo Isco, sino Lucas y Asensio (que por cierto parece que no tiene la edad que tiene en sus intervenciones). La nota final parece que la dio James ante el Sevilla, una salida del campo que parecía más una despedida que un agradecimiento a los aplausos que recibió de la parroquia madridista.
Un futbolista que parece no encontró su sitio, en el que a pesar de su calidad, tal vez sus propias características le impidieron poder conectar con esa “búsqueda de equilibrio” en el campo que Zinedine Zidane buscaba en gran parte de los partidos que disputó con el famoso equipo “B”. Esperemos que James demuestre que es un futbolista que puede conectar con lo que el entrenador necesita, otros ya lo hicieron y lo están haciendo. James es de aquellos que siempre merece la pena tener cerca. Veremos que sucede...