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Game over, Gareth

de Javier Rubiano

Se acabó. Parece que Gareth Bale ha agotado la paciencia de Zinedine Zidane y de la cúpula del Real Madrid, y es que varias informaciones durante las últimas horas colocan al galés fuera del conjunto madridista. Gareth también ha colmado la paciencia de un gran sector del madridismo. El gran nivel de Asensio y Lucas Vázquez ha dejado en jaque al galés. Mallorquín y gallego están demostrando más compromiso, más actitud y mejores números que el de Cardiff. La gota que ha colmado el vaso fue la imagen de Bale el miércoles en el banquillo de Butarque, bostezando, con zapatillas de running y olvidándose las espinilleras.

Los hándicaps de Bale son varios. Para empezar, sus continuas lesiones, que le han azotado desde el primer día que pisó el Bernabéu allá por 2013. De hecho, se ha perdido más de 70 partidos desde su llegada. Esta temporada, sin ir más lejos, solo ha disputado el 35% de los minutos posibles, y recordemos que Robben, por ejemplo, fue vendido por menos (pero el holandés no costó 101 millones). Uno de los argumentos principales para defender a Bale, es que con la BBC se han conquistado tres Champions, pero si lo analizamos detenidamente, ¿fue relevante en alguna de esas tres? En Lisboa anotó el 2-1 previa jugada individual de Di María. En Milan, ni rastro del galés. Y en Cardiff llegó lesionado. Dejando aparte las finales, Gareth no ha aparecido en ninguna eliminatoria relevante, con la excepción del partidazo que hizo en Munich en 2014. Su rendimiento individual no es equiparable al de Cristiano o Messi, ni siquiera con el de Neymar, con el que se le comparaba en sus primeros años. El ex del Tottenham no ha estado nunca entre los tres nominados para el Balón de Oro (en 2017 no ha estado ni siquiera entre los 30 mejores). El galés fue fichado como relevo de Cristiano y para pelear y ganar el Balón de Oro, y cinco años después la balanza está más que desequilibrada. Bale tiene ya 28 años, y verle levantar el preciado galardón es, cuanto menos, una quimera. Sin olvidar que apenas ha aprendido español y se muestra ajeno a la plantilla. Si a ello le sumamos su apatía a la hora de defender, y la falta de actitud mostrada en los últimos partidos, la situación se torna en insostenible. Se viene revolución en Chamartín el año que viene. La continuidad de Zidane no está clara, y hay varios jugadores que han cumplido un ciclo. Y uno de ellos es Gareth Bale. Game over.


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