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¿Habrá pasillo? Humillación, protocolo y valores

de Pablo Hijas Gómez

El Real Madrid se proclamó campeón de la Supercopa de Europa al vencer por 2 a 1 al Manchester United. Un triunfo que ha creado debate en torno a si su próximo rival debería reconocer el logro de los blancos y realizar un pasillo como acto de respeto y reconocimiento deportivo. Sin embargo, que el próximo rival del Real Madrid sea el Barcelona y el escenario, el Camp Nou, han convertido el homenaje en una quimera.

La tradición del pasillo en España comenzó en 1970. Según cuentan las crónicas, el primero fue del Athletic de Bilbao al Atlético de Madrid. Aquel año los colchoneros ganaron la Liga en la última jornada; semanas después al cruzarse con los leones en la Copa, el cuadro vasco, que había quedado segundo clasificados en liga, le hizo el pasillo al conjunto rojiblanco liderado por Luis Aragonés y Gárate.

A lo largo de la historia sólo ha habido pasillo entre merengues y culés en tres ocasiones. El 1 de mayo de 1988, se produjo el primer pasillo del Barcelona al Real Madrid. Justo una jornada después de proclamarse campeón de Liga, los merengues visitaron el Camp Nou. Un partido en el que todos los ojos estaban puestos en Bernd Schuster, que militaba en las filas de los azulgrana y que contaba los días para coger el puente aéreo y firmar por los blancos. El Barça cumplió con el protocolo y aplaudió al Real Madrid en su propio estadio. Tres años después, en 1991, se repitió la situación, pero en esta ocasión a la inversa. Los blaugrana habían conquistado el título de Liga dos jornadas antes de El Clásico. Los jugadores blancos cumplieron con el protocolo de homenajear a los campeones, eso sí, el Bernabéu recibió a los culés con una sonora pitada.

El último pasillo entre los dos colosos del fútbol español se produjo en mayo de 2008. El Barça  se enfrentaba en Chamartín a un Real Madrid que había conquistado la Liga Pamplona frente a Osasuna en la jornada anterior. El equipo entonces dirigido por Frank Rijkaard rindió honores a los pupilos de Bernd Schuster al inicio del encuentro. Además, el conjunto blanco endosó un 4-1 a los culés, con goles de Raúl, Robben, Higuaín y Van Nistelrooy. El Bernabeú vivió una noche mágica en la que los balugrana fueron humillados por los merengues.

Gestos de respeto en el pasado entre los gigantes de nuestro fútbol, sin embargo, todo hace indicar que el próximo domingo  ese acto de honra al rival no se va a realizar. El Barcelona se ampara en que el año pasado la Real Sociedad no lo realizó tras ganar el Real Madrid la Supercopa de Europa en Cardiff; ni se lo hicieron a los culés ninguno de sus rivales tras proclamarse campeón en las ediciones de 2009, 2011 y 2015.

No obstante, cuando otros equipos españoles se han alzado con la Supercopa de Europa sus rivales han reconocido el logro. En 2004, el Villarreal, en la primera jornada de liga, homenajeó al Valencia que había vencido al Oporto días antes en el estadio Luis II de Mónaco. El Atlético de Madrid, que se negó homenajear al Real Madrid en 2014 por su victoria ante el Sevilla, la Décima aun dolía en el seno rojiblanco, si fue homenajeado por el Sporting de Gijón en 2010 y Rayo Vallecano en 2012 por sus respectivas vitorias ante el Inter de Milán y el Chelsea. Diferentes casos que hacen entrever el señorío de los equipos pequeños de nuestro fútbol y la falta de elegancia de los enemigos del Real Madrid.

Con la tensión deportiva e institucional que existe entre merengues y culés es una utopía pensar en el Real Madrid flanqueado por los Messi, Piqué y compañía en un abarrotado Camp Nou. Los blancos deben de pasar de protocolos y hacer que los blaugrana les rindan pleitesía, no a la salida del túnel de vestuarios, sino en el terreno de juego, donde la humillación es mayor.


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