Bale, de ser leyenda a convertirse en un problema
Gareth Bale dice adiós al Real Madrid. Esta vez sí. Y lo hará para regresar al Tottenham, club que le permitió hacerse un nombre en el fútbol mundial y le catapultó al Santiago Bernabéu. El galés llegó a Chamartín con la vitola de estrella, considerado como el heredero natural de Cristiano Ronaldo y lo cierto es que no empezó nada mal. Con 22 en 44 partidos en su primera temporada, fue decisivo en la final de Copa en Mestalla con su ya mítica carrera por la banda humillando a Bartra y que terminaría con el ‘11’ anotando el gol de la victoria. También lo fue en Lisboa, en la final de la Décima anotando el provisional 2-1.
A partir de su segunda temporada, su rendimiento (y su actitud) en Madrid fueron de más a menos. Bale, eso sí, nos dio su última noche de gloria en Kiev, frente al Liverpool, con dos goles (uno antológico de chilena) que significaron la Decimotercera para el Real. Justo después del partido amenazó con irse, pues ya había perdido en aquel entonces su estatus de titular. Sin embargo, Zidane dimitió y el ex del Tottenham se quedó en la capital española.
Sus últimas dos temporadas han sido indignas de un futbolista de su categoría, especialmente esta última en la que apenas ha anotado dos dianas. Un rendimiento para nada acorde al jugador mejor pagado de la plantilla, al que el club lleva buscando salida un par de veranos. Y al que Zidane no quiere ver ni en pintura. Mourinho, en cambio, ya le espera con los brazos abiertos.