Eder Militao: no todo está hecho
Eder Militao es ya titular indiscutible en el Real Madrid, bien porque su nivel está a la altura de ello, bien porque no hay otro para la posición. Muchos le comparan ya con Pepe, uno de los más carismáticos centrales en la historia reciente del club. El partido ante el Shakhtar fue un espejo al cual mirarse para el defensor brasileño, un fiel reflejo de lo que está siendo su paso por el Real Madrid, un claroscuro constante. El espejo tiene alguna grieta que reparar, para que el jugador pueda verse como lo que está llamado a ser, un auténtico líder en la zaga madridista.
Hasta el minuto 30' de encuentro, el ex del Porto estuvo intratable. Estuvo muy activo, sobre todo, en la anticipación de los balones que trataban de llegar a los delanteros de los ucranianos. Militao se adelantaba a todos. No le tembló el pulso, tampoco, para poner un balón teledirigido desde campo propio a Karim Benzema, el cual propició el primer tanto blanco. La pelota se la quedaron los defensas, pero provocó el robo de Vinicius para que el francés anotara el gol 1.000 del Real Madrid en Champions. Todo le salía a un Militao pletórico sobre el verde.
Todo cambió poco a poco a medida que iban pasando los minutos. Se contagió de la desidia general que se olía en los jugadores. Un virus que desembocó en el empate del Shakhtar, donde Militao puso su primer error en el encuentro. Comenzó con fallo Casemiro, que derivó en una concatenación de errores que aumentó cuando Militao se quedó clavado al césped y no siguió la marca de Fernando, que remató solo ante la desesperación de un Alaba que quiso estar a todo, pero no llegó a nada.
Militao tiene una tarea pendiente, porque es un gran jugador, pero esa regularidad y concentración la debe mantener en los 90 minutos del partido. Porque es lo que te exige un club de la talla del Real Madrid. Una mejoría defendiendo cerca del área debe llegar cuanto antes. Esas anticipaciones que hace buenas cuando está alejado del área propia pueden ser mortales si no resultan efectivas cerca de tu portero, pues dejas una ocasión clara de gol al rival, como ocurrió en otra acción de los de De Zerbi. Militao tiene las cualidades y las oportunidades. Hay que añadir a la ecuación la voluntad (la tendrá) y una pizca de suerte. A por ello, Eder.