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El eterno incomprendido

de David Dieguez

Karim Benzema lleva una década rindiendo al más alto nivel en el Real Madrid. Un delantero diferente, más '10' que '9' y para el que su dorsal ha sido precisamente una losa en algunas ocasiones. Acusado de falta de gol, de no ser la referencia en ataque que necesitaba el equipo y de tener una actitud apática en ciertos partidos. Nada más lejos de la realidad. El galo es un seguro de vida para este Madrid. Desde la marcha de Cristiano, la dependencia que tiene el equipo de él es muy alta, siendo un jugador que participa en la creación de juego y también en la finalización del mismo. Como él mismo ha declarado, cuando estaba el portugués en la plantilla, Karim jugaba para él, había que adaptarse a tener al lado a uno de los goleadores más voraces de la historia, y supo hacerlo mejor que nadie para convertirse en su mejor socio.

Es un jugador maduro, con alma de líder silencioso y sobre todo un tipo que con cada uno de los entrenadores que ha tenido ha sido siempre el delantero centro titular del equipo. Algo que denota la calidad futbolística que atesora, y que solo los verdaderos amantes de este deporte saben apreciar. Si Francia ganó el mundial jugando con Giroud, imaginen qué habría pasado con Benzema acompañando a Mbappé y Griezmann. Este es el delantero 'total', y un concepto de jugador completo que seguramente muchos jóvenes tratarán de imitar, ya que el contexto del fútbol contemporáneo invita a pedirle a los jugadores que hagan un poco de todo. Karim es madridismo y así lo ha demostrado, poniendo siempre al equipo por encima de él.


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