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El talón de Aquiles del Real Madrid

de Javier Rubiano
Eden Hazard, Real Madrid

Ayer el Cádiz se llevó un punto del Santiago Bernabéu limitándose a defender. Algo lícito, por otra parte. Pero no deja de evidenciar un patrón más que evidente relacionado con el Real Madrid. A los blancos les cuesta un mundo hacer daño a equipos encerrados. El último tropiezo antes del de ayer fue precisamente en Concha Espina contra el Osasuna.

El Real Madrid no inquietó demasiado a Ledesma anoche. Tuvo ocasiones, sí, pero en ningún momento hubo sensación de acoso y derribo sobre la portería del Cádiz. Hubo centros -muchos, demasiados- que no encontraban rematador y disparos desde fuera del área que apenas inquietaban a la hinchada cadista. Ese es el gran debe del conjunto blanco esta temporada, el de aprender a hacer daño a aquellos rivales que se limitan a amontonar jugadores en área propia.