Lo de Ramos tenía que llegar
Y 25 lanzamientos después, Sergio Ramos no se llevó los pulgares al '4'. No solo erró uno, si no que un eximio Yan Sommer le adivinó hasta dos penas máximas, demasiado castigo para España y noche aciaga para el central de Camas. Un chut tras otro desde el punto fatídico, Ramos siempre había demostrado pericia, ya fuera con la casaca del Real Madrid desde que se despidiese Cristiano o con la roja española. Sin embargo, el riesgo de sus lanzamientos y el conocimiento que iban adquiriendo los arqueros ponían la empresa paulatinamente más difícil, y tan loables eran los intentos como cada vez más cargados de posibilidades de equívoco.
Y ayer fue la inexorable noche contra la siempre aguerrida Suiza, en una cita clave para los de Luis Enrique, que deberán remangarse el martes contra la 'Mannschaft' para solucionar el embrollo y ser punteros en su grupo de UEFA Nations League. El primer disparo, timorato y sin rabia ni ajuste. El segundo, una malograda especie de 'Panenka', con el pánico en la retina por el fallo anterior. Para los más positivos, al menos no fue con el Real, con quien todavía no ha resuelto su futuro a falta de mes y medio para que sea libre y pueda negociar con cualquier club.