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Sergio Ramos: del "jugaría gratis en el Real Madrid" a la enésima renovación estancada

de Diego Fuentes

La influencia de Sergio Ramos en este Real Madrid es tan evidente que podría catalogarse como de paternofilial. Suele verse a un Madrid vulgar cuando no es el de Camas quien porta el brazalete, un equipo desnortado que vaga sin que un referente le alce la voz en los momentos de desazón. Ramos es el faro de un escuadrón que le vendió sus abrazos en exclusiva cuando Cristiano pasó a escribir sonetos para la Juventus, y esa es la principal arma que el sevillano quiere explotar en la negociación por un nuevo contrato.

Pero cada vez que entidad y central tienen que sentarse para discutir, salen tres por cuatro calles. Pasó en 2015 y en 2019, cuando el jugador envidó con las cartas del United y China. Después del segundo órdago, intentó sanar la herida con una rueda de prensa postiza: "Jugaría gratis en el Real Madrid si hiciera falta", pero los árboles se conocen por sus frutos. Solo dos años después y en una espiral destructiva en la que se ve sumido el club en lo deportivo, Ramos repite modus operandi. Primero amenazó con un supuesto interés del PSGy ahora es el Bayern quien dice que no le quiere. A sus 34 años, se le cierran las puertas en su intento por arrancar el último gran contrato de su carrera, un movimiento estratégico en vista de que sus negocios inmobiliarios están de capa caída.

Es curioso como, toda vez que el sevillano ha sido libre para negociar con cualquier club desde que entró el 2021, su participación ha menguado. En un mes de enero apocalíptico en el que el Real Madrid ha disputado seis partidos (Celta, Osasuna, Athletic, Alcoyano, Alavés y Levante) y ha quedado K.O. en tres títulos, el zaguero solo ha estado disponible en dos compromisos (Osasuna y Athletic). Entre indisposiciones y lesiones ha andado el juego, mientras que en otras ocasiones no se ha pensado dos veces el infiltrarse o forzar, y más teniendo en cuenta un contexto como el actual en el que los de Zidane no van sobrados de defensas, con Nacho también fuera y Militao en el ojo del huracán.

El hermetismo es claro, y las desavenencias del fondo se trasladan al campo por más que se intenten filtrar motivos inocentes a la opinión pública. La directiva no está dispuesta a cumplir sus deseos, y al parecer las condiciones vienen marcadas por la supuesta rebaja salarial y una política que habla de no hacer dispendio cuando manda la treintena. Todo apunta a que en las oficinas serán inflexibles, y ya hay precedentes a los que agarrarse como atestiguan los de Raúl, Casillas o Cristiano. Esas películas tuvieron el mismo final, así que si el andaluz va con aires de grandeza, saldrá escaldado. En los despachos lo tienen claro y no les duele en prenda: si se va, tarde o temprano alguien le hará olvidar.


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