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Zidane, hay vida más allá del 4-3-3

de Javier Rubiano

Zinedine Zidane apostó ante el Athletic por el mismo once que empató en Pamplona ante un Osasuna en descenso. Y la realidad es que no era una mala alineación. Sobre el papel, son once futbolistas que están obligados a ganar en El Sadar y en La Rosaleda. El problema viene cuando el equipo no tiene su día o, directamente, no les llega la gasolina. Ahí Zizou viene demostrando en los últimos meses que no sabe reaccionar. Cuando el Real Madrid se atasca, el francés no aporta soluciones desde el banquillo. Más allá de eso, el equipo blanco es uno de los más previsibles de LaLiga a la hora de atacar.

Los rivales saben perfectamente cómo defender al Real Madrid: esperando en su campo y saliendo al contragolpe. La fórmula es bien sencilla. Con el 4-3-3, a los 'merengues' les falta gente en el centro del campo. Es un esquema que funciona bien cuando tienes dos extremos incisivos en ataque, pero lo cierto es que ni Hazard ni Asensio aportan verticalidad, regate, desparpajo. Cualidades todas ellas que se esperaban del belga, que se encuentra muy lejos todavía de justificar los más de 100 millones que desembolsó el club por su fichaje.

La afición se pregunta: ¿por qué es inamovible el 4-3-3? Quizá al Real Madrid le beneficia más ese 4-4-2 que ya exprimió el propio Zidane la temporada del doblete Liga-Champions, cuando Isco adelantó a Bale en las preferencias del técnico francés. Otra opción sería la de recuperar el 4-2-3-1 de la época de Mourinho, recuperar la figura del mediapunta, con Isco o incluso Odegaard actuando como Özil en la época 'Mou'.

Muchas variantes posibles que, sin embargo, se mantienen a la sombra del 4-3-3 tan previsible en los metros finales. Zizou no parece tener intención de variar su esquema a corto plazo. Veremos en junio si acierta el marsellés.


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