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La forma de decir adiós del Madrid, no ayuda a nada ni a nadie

de Redacción BD

El Madrid despedió LaLiga con derrota, otra más para seguir en la tónica de las últimas semanas. Desde la temporada 1998-99, el Real no sufría tantas derrotas (12) en una Liga. Despide así el conjunto blanco al campeonato de cada fin de semana y lo hace con 68 puntos, la marca más baja desde 2002. Y lo peor, la forma. El equipo no asusta. No le quema el orgullo. No se compite y el entrenador se rinde. "No es que no queramos es que no podemos".

Pero no me refiero a esa forma. Tampoco me cambia nada cerrar la temporada con 5-0 a favor. Las vergüenzas están ahí. Lo peor, son las despedidas y todo lo que no se dice. Estos jugadores que han convivido con el esperpento se van 50 días de vacaciones. Así como si fuera merecido y Keylor y Bale, sin despedirse.

Puede que en los próximos días haya una rueda de prensa, una despedida o algo parecido. Al nivel del ridículo que hubo con Casillas o del que no hubo con Cristiano. Pocos han salido bien en los últimos años del Bernabéu. Keylor tuvo que hacerlo por su propio pie. En silencio y dando las gracias al respetado. Pero, ¿Bale? Se le puede odiar, exigir, criticar, pero al César lo que es del César. Ha estado presente en todas las Champions que el Madrid ha ganado en los últimos años y ha marcado el mejor gol en la historia de las finales. Ni que decir del gol de Mestalla.

Es tétrico, de club pequeño y del que se gana odio tratar así a sus jugadores, guste más o menos. Este mismo fin de semana, el Bayern cerró la temporada con una fiesta por todo lo alto para despedir a Robben y Ribery y a la fiesta acudieron muchas leyendas del club bávaro. 

El Madrid es libre de hacer lo que quiera. Tiene historia, masa social y poder para ello. Pero olvidarse así de Bale no ayuda a venderlo por un buen precio. No hay una persona en el mundo que no sepa que el Madrid lo quiere fuera. Con Keylor Navas, no tengo palabras. No todo en el fútbol son los títulos...


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