¿La lesión de Bale? alivios, suspiros y agua que huele a mayo
Fue preguntado Zinedine Zidane al término del partido en Riazor sobre los cambios y el riesgo de no contar con la BBC en el once titular. En definitiva, como gestionar los egos y el carácter de sus estrellas. El míster contestó: "Me quedo con la sensación de que todos los jugadores son importantes y lo demuestran cada vez que tienen la oportunidad. Luego vamos a ver el sábado y el martes, porque la complicación es que luego tengo que elegir y después de esta actuación es complicado decirle a uno que no va a jugar el partido siguiente, pero todos entienden esta complicación".
La segunda unidad, los chicos de Isco o los otros titulares, como quieran llamarlo, anoche ganaron otro partido más. En un día difícil después del golpe anímico del Clásico y el Barça goleando en horas previas a Osasuna. Los blancos ayer disfrutaron, se gustaron, lo probaron. Es cierto que el Deportivo concedió espacios pero los tres cuartos de campo fueron magia y disfrute al servicio del balón.
Al Madrid le quedan siete finales que pueden ser ocho. Seguramente Gareth Bale no vuelva a saltar al césped. ¿Sensación? Nunca fue tan buena. Hay que ser agradecido y no olvidar la cresta de la ola del galés, hubo días que el Madrid no se ahogó porque Gareth capitaneaba al timón. Pero a día de hoy, en un ida y vuelta de lesiones, son diecisiete en total desde su llegada a la casa blanca. Ha jugado menos que Robben en comparativa con los dos años de cada uno en el Real Madrid. Zidane se ve obligado no sabemos si por presión o por llamadas a alinear a Bale y esta lesión viene al Madrid como agua de mayo.
El Madrid puede probar con Isco o Asensio, cambiar el sistema, poblar el medio campo. Infinidad de variaciones que hacen más equipo al Real. Por un tiempo, nos olvidamos de la BBC, Zidane suspira, el madridismo se alivia y las oportunidades llegan para los que llaman a la puerta. Todo sale a pedir de boca, de momento.