Nunca tres títulos cegaron tanto a un equipo
Ganar tres Champions League consecutivas es un hito al alcance de muy pocos equipos, de hecho nadie lo ha podido hacer desde el cambio de formato en la máxima competición de clubes del mundo. Los blancos comenzaron el camino en la final de Milán ante el Atlético de Madrid. Esa temporada la Liga parecía prácticamente pérdida a principios de año, pero un buen manejo del vestuario de Zidane puso las cosas más que complicadas al Barça de Luis Enrique.
El año siguiente llegaron dos títulos: la Liga y la segunda Champions consecutiva en Cardiff. Sin duda alguna ha sido la mejor temporada del Real Madrid en más de 55 años. La famosa 'unidad B' permitió al equipo luchar en dos competiciones de manera casi abusiva sobre sus rivales. El Atlético de Madrid y el Bayern vieron como su sueño de conquistar la 'orejona' se esfumaba tras las goleadas de los de Zidane.
La temporada pasada fue desastrosa, pero la Champions volvió al Bernabéu. Tercera Champions consecutiva, sin duda algo histórico pero también tiene su parte negativa. Las Champions no permiten ver a Florentino la verdadera necesidad del equipo: volver a tener una plantilla equilibrada. Se fueron James, Morata, Pepe, Kovacic y, como no, Cristiano Ronaldo. En lugar en fichar jugadores a la altura de estos, la directiva ha lanzado el mensaje de que los jugadores actuales en la plantilla tienen la suficiente capacidad como para volver a hacer disfrutar a la grada, algo erróneo teniendo en cuenta los resultados de las dos últimas campañas.
Las palabras de Lucas Vázquez son buena prueba del ambiente que vive el vestuario. Tienen asumido que si vuelven a ganar la Champions desaparecerán las críticas, pero el madridismo está cansado de tener que destinar su ilusión a un único trofeo. Ganar Champions es increíble, pero el Madrid tiene que luchar por todos los títulos siempre.