Por honor: el vestuario blanco, en busca del perdón de los suyos
Contaba el exmadridista Sergio Canales en su periplo por El Transistor que "en el vestuario del Madrid, a nivel personal, cada uno iba a lo suyo", relatando la propia experiencia que en el conjunto blanco vivió el hoy efectivo de la Real Sociedad.
Lo cierto es que ahora no solo parece que se remita a lo individual, sino que la plantilla madridista parece estar envuelta en un galimatías aún más recóndito. Las discrepancias esta temporada no dejan de sucederse, y es que a los sucesivos e inesperados descalabros en el Campeonato Nacional de Liga le acompaña el 'Pepinazo', además de la reprochable imagen proyectada sobre el Ciutat de Valencia.
No solo eso, sino que la aparente falta de compromiso y unión ha transgredido hasta límites insospechados y, a ojos vistos: el lunes, con el temporal de nieve como pretexto, el equipo suspendió la sesión de entrenamiento. Únicamente comparecieron Lucas Vázquez y Keylor Navas, siendo, este último, el que mejor rendimiento está mostrando en el presente curso. Paradójicamente, con el tico se erige desde el club la figura de la novia dubitativa, que pese al derroche del costarricense, no descarta la ruptura.
El Madrid tiene mañana un partido que vale por tres. Será un test idóneo contra un rival competitivo y crecido antes de rendir tributo al regreso de la Champions; deberá eludir los deslices y dar caza a Valencia y Atlético, manteniendo a raya a Villarreal y Sevilla y deberán volver a ganarse el respeto de una afición colmada de disgustos.