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Zinedine Zidane acusa la falta de meritocracia en su gestión

de Pascual Claramonte

Lo sucedido anoche en el Santiago Bernabéu es un auténtico varapalo para el madridismo. Perder 0-3 contra el Barcelona duele, caer en Copa del Rey ante el Leganés, avergüenza y cabrea al aficionado. No hay excusas, el Real Madrid estaba avisado por los precedentes, en esta misma competición, vividos ante Fuenlabrada y Numancia.

Zidane ya ha dejado claro, con sus actos y declaraciones, que morirá con su apuesta innegociable por los hombres que le auparon a la cima del fútbol: Keylor Navas; Marcelo, Ramos, Varane, Carvajal; Casemiro, Modirc, Kroos; Bale, Cristiano y Benzema. Es una sensación perceptible para cualquier seguidor. El problema para el técnico francés es que esa impresión parece que también la pueden tener algunos de los miembros de la ‘Unidad B’. ¿Cambiaría algo de haber vencido al Leganés con una gran actuación colectiva y grandes individualidades? Podemos arriesgarnos en la respuesta, es un no rotundo. Los papeles de protagonistas principales están estipulados y eso genera falta de competitividad en la plantilla y apatía en los que menos habituales. Ese es el caldo de cultivo actual que ha generado la situación actual en Chamartín.

Zidane no ha sido justo. Isco y Asensio han merecido más en determinados momentos y no han sido recompensados. Se saben suplentes y aparentan estar resignados. Lucas Vázquez lleva un mes derribando la puerta y pidiendo ser titular a gritos mientras su rol sigue siendo el mismo. La gestión ha sido eficiente durante un año y medio, pero a día de hoy es insostenible.

Sin soluciones en el banquillo

O se daba por ganada la eliminatoria o se ha menospreciado la Copa del Rey teniendo la Liga perdida y un cruce complicadísimo de Champions League por delante. Sea lo que fuera, es un error del técnico francés. Cristiano, Bale y Marcelo no se vistieron de corto. Sin recursos.


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