EXCLUSIVA BD - La metodología Lopetegui no es del gusto de todos
No todo es de color de rosa en el Real Madrid, también hay espinas, por pequeñas que sean. Como es el caso de que no todos los jugadores de la plantilla están plenamente satisfechos con la metodología de entrenamiento implantada por Julen Lopetegui tras la marcha de Zinedine Zidane, según ha podido conocer Bernabéu Digital.
La simbiosis entre plantilla y el cuerpo técnico del francés era total, un comunión perfecta. Aunque siempre hay excepciones, como lo eran los Marcos Llorente o Dani Ceballos; confesado a viva voz por éste último. Sergio Ramos incluso definió ese ambiente sagrado de vestuario como “una familia”.
Pero con Lopetegui la situación no es tan ideal. Algunos jugadores no acaban de ser partidarios de su método, de sus ejercicios, tal y como han comentado en sus corralillos de confianza. Curiosamente uno de esos jugadores ha sido Marcelo, un jugador de alegría y alma libre que parece no haber comenzado con buen pie la temporada, a tenor de su sustitución en Montilivi ante el Girona y su posterior rifirrafe con el técnico en zona mixta. Lopetegui le dio un toque de atención.
La primera medida de Julen fue echar a un lado a Antonio Pintus del aspecto físico, decisión que sorprendió a casi la totalidad del plantel. El ‘sargento de hierro’, como se le conoce cariñosamente por la intensidad y volumen de sus sesiones, era muy querido en la plantilla. Llegó de la mano de Zidane, siendo una petición a Florentino. Pintus fue un fichaje más, procedente del Lyon, para potenciar el plano físico, muy poco trabajado por Ancelotti y posteriormente Benítez. Una cuestión que preocupaba a la propia plantilla.
Óscar Caro, hombre de confianza adjunto a Lopetegui, asume ahora la planificación que otrora era tarea de Pintus. Para Zidane el aspecto físico, en base a su juego de rock&roll, de ida y vuelta, era crucial. Lopetegui parece, por el momento, relativizar su importancia. El técnico ha insistido con mayor asiduidad en otros aspectos como la presión alta, la posesión vertical y la defensa en bloque. A pesar de que el técnico vasco es un molde de entrenador más moderno que Benítez o Mourinho, cuya intensa relación con el jugador acabó haciendo mella, es uno al que le gusta tener todo bajo control. Cuadriculado y amante del aspecto táctico, sus ejercicios, dicen los jugadores, son más intrincados y pesados. Y aunque dialogante, bastante lejano a lo que era Zidane: nada propenso a extensas charlas tácticas y más partidario de sesiones casi convertidas en partidos dominadas por el balón. Más partidario del libre albedrío.
A pesar de esta insignificante disyuntiva –el gusto es subjetivo-, hay que aclarar, como ha afirmado toda la plantilla, que el vínculo es total entre jugadores y entrenador y se valora el trato casi personalizado que tiene el técnico con sus hombres y su afán de trabajo.