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"Si volviera a tener 23 años en el Real Madrid, no haría las cosas que hice"

de Javier Rubiano
Wesley Sneijder

Wesley Sneijder puede presumir de haber tenido una carrera deportiva de gran éxito. Entre algunos de sus hitos está el haber vestido la camiseta del Real Madrid durante dos años (2007-2009) y el haber ganado el Triplete con el Inter de Milan de Jose Mourinho siendo, además, una pieza clave para el técnico portugués. También llegó a la final del Mundial de Sudáfrica que terminó levantando España en 2010.

Sin embargo, Sneijder reconoce que le quedó una espinita clavada: no haber triunfado en el Real Madrid. Así lo ha reconocido en una entrevista concedida a Relevo.

¿POR QUÉ SE FUE DEL REAL MADRID? 

Sneijder reconoce que el motivo de su salida del Real Madrid fue la noche madrileña: "No me fui por la llegada de los Galácticos como Benzema o Cristiano. El problema es que yo estaba haciendo mis cosas fuera del fútbol. Fue culpa de eso, porque tenía la calidad para jugar con ellos la tenía. Me llevaba muy bien con Higuaín, Guti, Ramos, Cannavaro… Mantengo el contacto con muchos, obviamente también con todos los holandeses. A Míchel Salgado y Casillas les veo a menudo… En aquel momento, cuando salía todos los días, no había redes sociales. Ahora no se puede hacer porque saldrías en todas las noticias. Si volviera a tener 23 años en el Madrid, no haría las cosas que hice. Cuando estaba en Italia ganando todo, me decía que quizás aquello tenía que pasar", explica.

Por otra parte, Wesley Sneijder reconoce que el Real Madrid siempre fue su objetivo desde niño: "Fue siempre un sueño el de jugar con la camiseta blanca. Tengo la experiencia de ganar la Liga en mi primer año. Ahora, cuando el Madrid gana algo, me pongo a mirar las imágenes de la Cibeles. He estado en muchos equipos y países, pero el Madrid siempre está en lo mas alto. Cuando entras a Valdebebas, cuando viajas con el equipo... Es muy diferente a todo. Es el mejor club del mundo. Cuando llevas la camiseta del Madrid, todo el mundo te quiere ganar. Es una presión que nadie tiene", sentencia el neerlandés.


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