A golazo limpio: la crónica del Nápoles 2-3 Real Madrid
Partido de altura el que debía afrontar el Real Madrid esta noche en Nápoles. Cierto es que los 'azzurri' no son los de la pasada campaña, pero no dejan de ser los vigentes campeones de la Serie A. El contexto, en todo caso, no era favorable para los partenopeos, con un Kvaratskhelia que se ha diluido en los últimos meses -al menos a nivel de cifras- y un Osimhen enfadado con el club por los últimos acontecimientos.
Sorprendió Ancelotti -o no- con el once titular. Repetía Toni Kroos en el centro del campo y Camavinga en el lateral izquierdo, pese a que el técnico italiano señalaba ayer en sala de prensa que el francés no jugaría regularmente en la defensa y que la confianza en Fran García y Mendy era total.
Como era de esperar. el Nápoles comenzó el partido mordiendo arriba. El primer disparo del encuentro lo protagonizó Politano antes de llegar al minuto 4 con un lanzamiento desde la frontal que atajó sin complicaciones Kepa. No tardó en responder el Real Madrid con un balón al espacio de Bellingham que no supo aprovechar Rodrygo frente a Meret. Con el paso de los minutos, los madrileños lograron apagar el fuego inicial de los 'azzurri', espoleados por su ruidosa afición. Casi en el 11', Tchouaméni no acertó a dirigir su testarazo entre los tres palos tras un gran servicio desde la esquina de Kroos.
En el 19', Kvaratskhelia sacó a relucir su gran golpeo con un magnífico centro en saque de esquina. Cabeceó Natan, el balón se estrelló en el travesaño y, en el rechace, Ostigaard ganaba el duelo por alto para firmar el 1-0 en el Maradona. La defensa del Real Madrid, dormida. Kepa, de nuevo, dejando dudas. Buscó otro disparo desde la frontal el Nápoles, esta vez Zielinski, pero el desvío de un madridista fue clave para que el balón no cogiera portería. Los partenopeos sabían que era su momento y querían aprovecharlo. Los de Ancelotti, en cambio, sabían que la clave pasaba por enfriar los ánimos locales... Y vaya si los enfriaron. Aprovechando un robo en campo rival, con Bellingham habilitando para Vinicius y con el brasileño definiendo raso, con calma y al palo largo, para empatar el encuentro. Cuando peor pintaban las cosas. Típico del Madrid.
Tras el 1-1, hubo una fase en la que el Real Madrid parecía llegar antes a todos los balones divididos y logró asentarse con el balón. Era lógico, por tanto, que el 1-2 estuviese al caer. Pero nadie esperaba que llegase como llegó. Jude Bellingham recogió el balón en el centro del campo y dijo: 'Me la voy a jugar'. Y le salió bien. Empezó a avanzar, se metió hasta la cocina y batió a Meret con un derechazo ante el que nada pudo hacer. Gol y asistencia para el inglés, que está dinamitando el fútbol europeo. No es Gavi, pero parece que no es malo el chico. Un par de minutos después, emergió la figura de Kepa para negar el 2-2 a Osimhen tras un gran centro desde la derecha de Politano. Y así, con el 1-2, terminó la primera parte.
Tras el descanso, el Nápoles intentó salir con otro aire. Un fútbol más directo, buscando dar el menor número de pases posible para llegar hasta Osimhen. Y el nigeriano no tardó en liarla, pues provocó un penalti a favor de los italianos nada más empezar la segunda parte. Su disparo tocó en el brazo de Nacho y, con suspense incluido -avisaron desde la sala VOR al árbitro principal- se señaló la pena máxima. Más que discutible la decisión, pues la mano viene precedida por un rebote y ahí el capitán madridista no puede hacer nada, pero el caso es que Zielinski no perdonaría y firmaría el 2-2 en el 53'.
A raíz del empate, el Nápoles se vino arriba, con un Kvaratskhelia cada vez más participativo. El georgiano dejó el balón en la frontal para el remate de Zielinski, despejado por Kepa en el 57'. Los 'azzurri' se adueñaron por completo del partido en este tramo, aunque sin generar excesivo peligro sobre la portería del Real Madrid. Intentó cambiar la dinámica del encuentro Ancelotti con un doble cambio en el 64', dando entrada a Modric y Mendy por Kroos y Camavinga. Llegó entonces una fase de calma tensa en la que ninguno de los dos equipos quería arriesgar demasiado, a la espera de poder maximizar los errores del contrario.
En el 74', llegó una doble ocasión para el Real Madrid. Primero, con un disparo de Vinicius que despejó Meret; y después, en el rechace, el cabezazo de Bellingham no encontró portería. Y de repente, en el 78', Fede Valverde se sacó de la manga un zapatazo desde fuera del área tras un córner que se estrelló en el travesaño antes de dar en el cuerpo de Meret y colarse dentro de la portería. 2-3 y a defender el resultado.
El Nápoles intentó un último arreón, pero el cansancio hacía mella. Mendy salvó 'in extremis' el 3-3 después de que el balón quedase muerto en el área tras varios rebotes, pero hasta ahí llegaron las fuerzas napolitanas. Los tres puntos vuelan a Madrid.
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