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ANÁLISIS BD - El Madrid se encontrará a un PSG que se hace mayor

de Diego Fuentes

A golpe de talonario no se hace grande un equipo. Esa máxima la conocen y muy bien clubes como Manchester City o PSG, que ven como cada curso se enfrentan a los pergaminos de la historia de otros clubes del Viejo Continente. La Champions, y en general el fútbol, tienen algo especial. Generalmente en la máxima competición continental pesa en exceso el pasado de los participantes. Sin ir más lejos, hace dos cursos el Real Madrid ya barrió a un PSG que llegaba al cruce de octavos con la vitola de favorito, y posteriormente los blancos se alzaron con la Decimotercera y última 'Orejona' que poseen. El año pasado, un United a la deriva llegó a París desahuciado, con un 0-2 en contra cosechado en Old Trafford y sin Pogba. Sin embargo, los hombres de Solskjaer consiguieron darle la vuelta a la eliminatoria con un contundente 1-3. El bisoño Presnel Kimpembe fue el encargado de personalizar la carencia de enjundia y el nerviosismo propios de un equipo al que no le sostienen unos cimientos sólidos de los tiempos de blanco y negro, y en el descuento cometió un penalti por manos que el imberbe Marcus Rashford, cargado de la madurez propia del escudo que portaba, mandó a la jaula.

En los tres últimos cursos, el combinado galo ha caído en octavos de final, mientras que en los cuatro anteriores dijo adiós en cuartos. Sin embargo, en la última década ha ido adquiriendo la experiencia propia de un club con recursos financieros suficientes para reforzarse, y ha aglutinado presencias en partidos del balón estrellado donde espera por fin dar un golpe sobre la mesa. Desde la llegada a la dirección del jeque Nasser Al-Khelaifi en 2011, la hegemonía en el país vecino ha sido evidente con seis de las últimas siete ligas ganadas. Este curso ya son líderes con 12 puntos de 15, dominio que ansían trasladar a Europa.

Tras numerosos enfrentamientos, puede que sea la campaña en la que el Real Madrid se encuentre al PSG más complejo de encarar. Ha sido un verano en el que desde la dirección deportiva francesa se han movido con inteligencia, tesón y a sabiendas de las necesidades que acuciaban al equipo. Antero Henrique dejó su sitio a Leonardo y el trabajo fluyó, prueba de ello los refuerzos oficializados: sin presentación posible para el eterno Keylor Navas, la portería ha sufrido un completo lavado de cara con las bajas de Buffon, Trapp y Areola y los fichajes del mencionado Keylor, Sergio Rico y el prometedor polaco Marcin Bulka. Para el eje de la zaga ha aterrizado Abdou Diallo, quien se encargará de dotar de juventud y músculo a una defensa que ha contado con las dudas de Kimpembe o Thiago Silva en las noches de cara o cruz. Pablo Sarabia y Ander Herrera también han recalado en la capital del Amor por apenas 18 millones de euros entre ambos, y Mauro Icardi edulcora una delantera repleta de quilates con los Mbappé, Cavani (dudas para recibir al Madrid) y el denostado Neymar. Pero sin duda la firma diferencial procede del Everton. El senegalés Idrissa Gana Gueye era un viejo deseo para cubrir las carencias en las labores de contención, y ahora con los Verratti y Paredes el talento rebosa en esa suerte. Mientras que se han deshecho de otros eximios jugadores como Diaby, Lo Celso o Nkunku, cuentan con una trupé de jóvenes muy interesantes que demuestran la fe en el mañana como son los Colin Dagba, Loic Mbe Soh o Adil Aouchiche

El PSG se ha confirmado como un grande en los despachos. Este verano ha demostrado ser el dueño absoluto del futuro de Neymar y con su poderío económico será difícil doblegarle a un pulso en las oficinas. Está por ver si este año se confirman sobre el césped, pero el desaforado grifo de Catar ya lo ha dado todo para ello...y seguimos esperando las sanciones de la FIFA.


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