ANÁLISIS BD | Las diferencias del Inter con la temporada pasada
"Contra el Real Madrid tenemos una oportunidad para escribir la historia, mi Inter jugará con el cuchillo entre los dientes". Simone Inzaghi no le tiene medio a nada y a nadie, la rueda de prensa de ayer no deja dudas al respecto. El entrenador piacentino sabe que llegó al Inter de Suning, empresa china propietaria del club, en el peor momento posible, el de la crisis financiera y de las ventas ilustres (a partir de Lukaku). Sabe que conseguir la confianza de un equipo que había entregado cuerpo y alma a Antonio Conte no es y no será nada fácil. Y sabe también que, además de ser considerado el favorito para ganar el 'Scudetto' tras la victoria de la 2020-21, su trabajo será juzgado (y mucho) también por los resultados de la Champions League, donde no superar la fase de grupos -como ocurrió con sus dos predecesores- sería considerado un auténtico "drama" deportivo.
Dicho eso, el exdelantero y exentrenador de la Lazio aceptó este nuevo cargo con gran ilusión y máxima confianza en sus capacidades. Y el nuevo Inter, no puede ser casual, volvió a empezar por donde lo había dejado el mismo Conte: ganando y jugando bien al fútbol. En los primeros tres partidos de esta Serie A, los 'nerazzurri' le metieron cuatro goles al Genoa, ganaron 1-3 en Verona y empataron 2-2 contra la Sampdoria. Dos victorias y un empate con los que ocupan la cuarta plaza de la clasificación liguera con el objetivo bien claro de luchar hasta el final por el título.
Del Inter de Conte al Inter de Inzaghi, la alineación táctica no ha cambiado (1-3-5-2); pero este verano la plantilla perdió a su líder tanto en el campo como en el vestuario: Romelu Lukaku. Sin olvidar tampoco la venta del exmadridista Achraf, traspasado al Paris Saint-Germain después de una muy buena temporada en Milán. Sin embargo, a pesar de esta gran "dimisión", los nerazzurri se movieron bien en el mercado fichando a Edin Dzeko (un gol y una asistencia hasta ahora) y al "Tucu" Correa en la delantera (dos goles en dos partidos), remplazando a Hakimi con Denzel Dumfries del PSV y asegurándose a unos de los mejores agentes libres de la Serie A: el excerebro del Milan, Hakan Calhanoglu. Cuatro fichajes importantes que demuestran cómo el redimensionamiento de Suning ha dejado a Inzaghi una buena maquinaria para deleitar a la afición. Una maquinaria, seguramente, menos potente que la de la temporada pasada (Lukaku y Achraf fueron fundamentales para ganar el 'Scudetto', aunque la renovación de Lautaro vale como un fichaje estrella), pero siempre con ambición y muchas ganas de demostrar a todos que el Inter no se ha acabado.
"No tenemos que tenerle miedo al Madrid, partidos como este son lo más lindo del fútbol", les dijo Simone Inzaghi al vestuario 'nerazzurro' tras el último entrenamiento de ayer. Palabras de un exjugador que sabe perfectamente lo qué significa jugar (y meter goles) en Champions; además de haberse estrenado ya en las fases finales de la Liga de Campeones -esta vez como entrenador- el año pasado con la Lazio. Exactamente lo que le pide hoy el Inter.