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CRÓNICA - Kroos asiste y Benzema remata al Celta antes del parón de selecciones

de Alejandro Cascón Guerra
Benzema celebra un gol

Ni Marcelo, ni sistema de tres centrales ni experimentos raros. El Real Madrid salió como tiene que salir. Con sus cuatro defensas, y ante las bajas que hay en el equipo Zidane decidió meter a cuatro centrocampistas, con Valverde más escorado a la derecha. No es la primera vez que vemos al uruguayo en esa posición, que por cierto, le resta algo de potencial. Arriba, como viene siendo habitual estaba el 'killer' Benzema y Vinicius. 

El inicio del partido fue lo esperado. El Madrid se hizo con el balón y el Celta salía a presionar arriba, aunque con poca fortuna de robar el balón. Los gallegos, cuando tenían el balón, tampoco suponían una amenaza real para Courtois, que prácticamente vio la primera mitad con una mano en la frente a modo de visera, viendo como Kroos y Modric se comían el partido. Qué dos futbolistas. Precisamente de la insistencia del alemán vino el primer tanto. El teutón metió un balón al hueco –rompió dos líneas del Celta– y encontró a Benzema, que miraba a portería de frente y solo tuvo que empujarla. El segundo gol vino poco tiempo después, por lo que al equipo de Coudet no le dio tiempo a reaccionar. 

Un error en la defensa del Celta hizo que de nuevo Kroos pudiera encontrar a Benzema, que recortó por la izquierda y pegó el balón al poste izquierdo. Imparable para Iván Villar, que veía cómo su equipo no funcionaba en el medio. A pesar de todo, el Madrid podía peligrar a balón parado, porque atrás tanto Nacho como Varane fueron seguros. Denis Suárez, con la calidad habitual a la que nos tiene acostumbrados centró de forma medida una bola para que Santi Mina rematara a gol. El gol revivía sin apenas haber creado peligro a los blancos. Tocaba resguardarse atrás. 

Todo lo rápido que fue el primer tiempo se frenó en el segundo. El Celta salió a parar el juego para evitar que la velocidad de Vinicius por la izquierda terminara de romper la balanca a favor del Madrid. No hubo grandes ocasiones para los visitantes, aunque sí para los locales. Iago Aspas armó un buen disparo para un Courtois inédito que sacó bien las manos abajo para evitar el gol del empate. A pesar de esta ocasión, los pupilos de Coudet tampoco dejaron sensaciones de empatar de forma clara.

De hecho, el Madrid pudo haber aumentado la ventaja en el marcador. Araújo falló en defensa y Benzema aprovechó para probar a Villar, que esta vez evitó el tercero de la tarde. Después, el Celta tuvo una ocasión clara. El arbitraje interpretó falta de Modric en defensa –no la hubo–. El problema era que estaba en la frontal del área, donde ahí Aspas es letal. Casemiro, el más listo del barrio se lo olió y buscó con la cabeza el balón, que iba dentro, y lo mandó al palo. Fue una de las más claras del Celta para empatar gracias a un error arbitral. 

Esta ocasión convenció a los gallegos de que podían ir a por el partido. Un hecho que hizo que al Madrid que se echara algo atrás para salvaguardar el resultado, y por consiguiente los importantes tres puntos. Los blancos tocaron y agotaron el tiempo que quedaba del partido. Tiempo tuvo Asensio, como en el partido contra el Atalanta, de hacer otro gol. Fue gracias a Benzema, casi solo por banda, donde encontró al balear como nueve puro, que solo tuvo que empujar el balón. 

1-3. Un resultado que es familiar al Madrid en los últimos años en sus visitas a Balaídos. Los blancos sumaron una victoria más en liga, a la espera de lo que haga el Barcelona y el Atlético de Madrid en esta jornada. 


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