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CRÓNICA | Rüdiger se deja la cara y salva un punto para el Real Madrid

de Daniel Cayetano
Shakhtar - Real Madrid

El Real Madrid no logra pasar del empate a uno ante el Shakhtar Donetsk en Varsovia. Los ucranianos se adelantaron por medio de Zhurkov y Rüdiger, que acabó sangrando, firmó las tablas con las que el conjunto blanco certifica igualmente su pase a octavos, aunque aún no consigue hacerlo como primero después de que el Leipzig derrotase 0-2 al Celtic.

Con el clásico a la vuelta de la esquina, Carlo Ancelotti decidió acometer bastantes rotaciones. Lucas, Rüdiger, Nacho y Hazard dieron descanso a Carvajal, Militao, Alaba y Vinicius. Asimismo, Kroos, Benzema y Mendy, que descansaron ante el Getafe, volvieron a un once que completaron Lunin, Tchouaméni, Valverde y Rodrygo. Y en comparación con el duelo de la semana pasada, este encuentro en Varsovia comenzó con un ritmo bajo.

Con el Shakhtar cerradito atrás, el Real Madrid recurrió a los disparos desde lejos. Kroos y Rüdiger probaron suerte, sin éxito; mientras los ucranianos trataban de salir a la contra con varias conducciones de Mudryk, quien se echó a la espalda la mayor parte del peso ofensivo de su equipo. Tocaba y tocaba el conjunto blanco intentando abrir la defensa ucraniana, pero no había manera. El último pase o el disparo final siempre acababa despejado por la zaga local. Rodrygo y Valverde se animaron también desde fuera, pero ambos se toparon con Trubin, y el partido acabó llegando al descanso sin goles.

En el entretiempo, quien dio con la tecla fue Jovacevic. Un minuto tardó en perforar el Shakhtar la portería madridista. Jugadón de Mudryk por la izquierda, pase para Mykhailichenko, centro y gol de Zhurkov. Mismo asistente y mismo goleador que en el Santiago Bernabéu, solo que esta vez el delantero ucraniano aprovechó que Mendy no midió bien el marcaje para rematar de cabeza al fondo de la red.

Poco después, Tchouaméni estuvo cerca de responder, pero su cabezazo se marchó rozando el poste. También Benzema con un disparo a la media vuelta. Sin embargo, el arreón duró poco y Ancelotti tuvo que sacar a toda la artillería con Vinicius y Modric por Hazard y Tchouaméni. Pero lejos de reaccionar, el Real Madrid empezó a conceder ocasiones. Traoré falló un gol inexplicable sin portero y Zhurkov estuvo cerca de marcar un golazo, de no ser por una gran intervención de Lunin.

Un bajón que trató se solventar de nuevo Ancelotti con más cambios. Asensio, Alaba y Camavinga suplieron a Mendy, Valverde y Rodrygo, y esta vez sí que llegó el ciclón blanco. A Kroos le faltaron unos centímetros para marcar un chicharrazo desde lejos y a Asensio le faltaron un par de tallas más de pie para rematar en boca de gol un gran centro de Vinicius. Y el brasileño también tuvo una gran oportunidad a pase de Lucas, pero su cabezazo se marchó rozando el larguero.

El tiempo se iba consumiendo y el Real Madrid, que ya había pasado a los centros, no encontraba la manera de ver puerta; hasta que llegó Rüdiger en el descuento. Su primer cabezazo se marchó rozando el palo, pero el segundo fue directo al fondo de la red. Eso sí, Trubin, que había salido a por uvas, se llevó por delante al alemán, causándole un terrorífica hemorragia. Finalmente, el árbitro acabó señalando el final del partido con un empate en el marcador certifica igualmente el pase a octavos, aunque el Madrid aún no consigue hacerlo como primero después de que el Leipzig derrotase 0-2 al Celtic.


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