La entrevista más personal a Fede Valverde: "Ser padre me ha hecho crecer"
Fuente: Abraham Romero, El Mundo
Fede Valverde se ha erigido como uno de los grandes protagonistas en el Real Madrid de Carlo Ancelotti. En la final de la UEFA Champions League contra el Liverpool se espera que vuelva a ser titular, incluso en una posición, la de extremo derecho, que no es la más habituales para el 'Pajarito'. Valverde, como mediocentro o como extremo, es crucial para un Ancelotti que tiene la confianza depositada en él. El jugador de 23 años ha atendido al periodista Abraham Romero en El Mundo, donde ha hablado acerca de la paternidad, su cambio mental y físico y sus aspiraciones tanto con el Real Madrid como con Uruguay.
En primer lugar, habló acerca de la final de mañana en París: "La Champions, el Mundial y la Libertadores son copas que no todos los jugadores pueden vivir. Y yo estoy aquí...Ojalá el sábado sea un gran día y no sea un sábado de mierda para toda mi vida (risas)", declaró. Además, reconoce su papel en el mundo del fútbol: "No me creo una estrella, pero tampoco me creo menos que nadie. Yo tengo lo mío y por algo he llegado a donde he llegado, al Real Madrid, y por algo estoy en disposición de jugar una final. Obviamente no saco pecho, pero sí tengo orgullo de ser quien soy", aseguró.
Su familia, clave en su mejoría
En cuanto a los objetivos en su carrera deportiva, Valverde menciona: "Trabajo para ser referente en el Madrid, pero también me encantaría ser capitán y referente en mi país", desvela. Uno de los momentos más emotivos de su carrera fue recientemente, tras ganar LaLiga en el Santiago Bernabéu ante el Espanyol: "Fue la primera vez que mis padres entraron al campo y escucharon a la gente gritando mi nombre. Se pusieron a llorar. Uno se puede imaginar muchas cosas cuando llega al Madrid, una bonita ciudad, títulos, vivir mejor...Pero que un estadio te coree es muy lindo", afirma.
Por último, Valverde ha atravesado varios cambios que se pueden simplificar en su alimentación, mentalidad y paternidad: "A veces me dejaba llevar. No comía mal, pero a lo mejor después de un partido no comía todo lo bien que debía. Un día viajé con la selección y la mente me hizo clic. Me dije: 'Si quiero hacer grandes cosas, tengo que mejorar, ser más maduro, profesional y tener respeto a donde estoy'". En cuanto a la mentalidad, también ha acudido a un profesional: "El coaching me ha hecho madurar mucho en eso, en abrir más la cabeza, en escuchar más a la gente que me rodea", asegura. Por último, su hijo Benicio de apenas 2 años le ha cambiado la vida: "Ser padre me ha hecho crecer y pasar a un segundo plano", sentencia.