Descubre a Moha, el diamante hispanomarroquí del Madrid que deslumbra en el Mundial sub17

Mohamed Aiman Moukhliss. Más conocido como Moha, así se llama el último mediocentro destacado en las categorías inferiores del Real Madrid y de la Selección, que se encuentra en la India disputando el Mundial sub-17. Aunque sus padres son de origen marroquí, el chaval está feliz con defendiendo los colores del combinado nacional español y desea traerles la medalla de campeón a casa. Abdeslam y Houria, sus padres, llegaron a España hace 27 años. Por tanto, igual que le ha ocurrido a Achraf, ha tenido que elegir entre jugar con España o con Marruecos. Sin embargo, a diferencia del lateral del primer equipo blanco, Moha ha optado por La Rojita. “Marruecos le ha llamado, pero es feliz jugando con España. Le gusta y quiere traerse el Mundial. Le vemos bien y nosotros respetamos lo que él diga. Estamos muy contentos de verle con la Selección española”

“Todo el barrio le quiere mucho, ven los partidos y están deseando que gane el campeonato”, afirmaba su padre, Abdeslam, al diario As, que se desplazó hasta un humilde piso del madrileño barrio de San Blas para tratar de primera mano los orígenes del futbolista. Nacido en el hospital del mismo barrio, el Madrid fichó a Moha hace siete años, procedente del San Blas. Desde entonces, ha destacado en todas las categorías de La Fábrica, fue campeón de Europa Sub-17 con España, no se vislumbra su techo y cada año va a más. En este mundial en el continente asiático se está erigiendo en uno de sus jugadores más destacados, llevando la manija del centro del campo del conjunto de Santi Denia y anotando un gol ante Corea.  

Mediocentro aunque polivalente para jugar en cualquier otro puesto si es necesario. Fino, rápido, y con buen pie para asociarse, Moha “se fija mucho en Isco y Asensio. Aprende viéndoles jugar para mejorar...”, cuenta su padre. “Desde muy pequeño es muy aficionado del Madrid. Zidane era su ídolo y tiene su camiseta firmada. De niño llevaba su equipación y sus botas. Ahora le he regalado esas botas a su primo y Moha se ha enfadado, las tenía mucho cariño”, recuerda Abdeslam entre risas.