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El enfado de Cristiano con sus compañeros siguió en el vestuario

de Pipe Olcina

Como recoge el periódico MarcaCristiano no daba crédito a que ninguno de sus compañeros hubiera sido capaz de cortar el contragolpe. Lo gritó en el mismo césped y siguió haciéndolo en las duchas. Primero Modric y luego Marcelo. El portugués estaba especialmente dolido por la mala ejecución de una defensa que él había ideado. Suya fue la orden de adelantar las líneas en el último saque de banda del Barça, junto al banderín del córner.


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