El Taty machaca a un Real Madrid desconocido: la crónica de la derrota en Girona
Desastre total y absoluto en Montilivi. El Girona golea 4-2 al Real Madrid en un partido desastroso de los blancos, que mostraron una debilidad defensiva y una inoperancia en ataque tremendas e impropias del mejor equipo del mundo.
LA CRÓNICA DEL GIRONA 4-2 REAL MADRID
No se reservó nada Ancelotti en la visita a Montilivi, aunque tampoco tenía demasiado margen por las lesiones de Benzema, Hazard, Courtois, Mendy y Alaba y por la sanción de Ceballos. De ahí que sacara un once bastante reconocible, con Tchouaméni de nuevo en el banquillo: Lunin; Carvajal, Rüdiger, Militao, Nacho; Modric, Kroos, Valverde; Vinicius, Asensio y Rodrygo.
Desde el inicio, el ritmo del encuentro fue altísimo con aproximaciones constantes sobre ambas áreas. En el primer minuto, Juanpe sacó bajo palos un gran remate de tacón de Rodrygo, y Gazzaniga tuvo que despejar, no sin apuros, un centro envenenado de Nacho. Sin embargo, fue el Girona el que, a la primera, en el minuto 12, consiguió abrir el marcador. Centro desde la izquierda del exmadridista Miguel Gutiérrez, libre de marca, y gol del 'Taty' Castellanos. Una jugada mal defendida por la zaga merengue que, once minutos después, volvió a encajar, demostrando varias carencias atrás.
Tras un periodo espeso, trabado y con varias faltas, sobre todo a Vinicius, el 'Taty' Castellanos sacó petróleo de un balón largo, sin aparente peligro. Militao estuvo muy poco contundente en el primer choque y en el posterior forcejeo, permitiendo al argentino rematar en el área, donde Lunin tampoco estuvo acertado. El balón entró entre sus piernas directo a portería. Se ponía muy cuesta arriba el partido para un Real Madrid, errático en el último toque. No obstante, después de que Tsygankov perdonase el 3-0 al contragolpe, Asensio se inventó un centro magistral desde la derecha, para el que Vinicius sólo tuvo que poner la cabeza al segundo palo. El brasileño lo festejó con cierta sorna. Las patadas y las agresiones fueron a más con el paso de los minutos, incluso uno de los defensores le pegó un pelotazo estando Vini caído sobre el césped, pero Iglesias Villanueva sólo amonestó al carioca. Y así, con otra patada dura de Arnau sobre Vini, por la que esta vez sí vio cartulina amarilla, se llegó al descanso.
Nada más empezar la segunda mitad, el Real Madrid volvió a mostrar una debilidad defensiva tremenda. Couto sorteó a Nacho con una facilidad increíble y puso un centro que botó incluso dentro del área, que la zaga madrileña no atinó a despejar y que aprovechó de nuevo el 'Taty' Castellanos para hacer su hat-trick. Una acción que no debió gustar nada a Ancelotti, puesto que rápidamente sacó del campo a Nacho para meter a Camavinga en el lateral izquierdo.
No hubo reacción por parte del conjunto blanco. Sólo el ímpetu de Vinicius, que se echó el equipo a la espalda, amenazó levemente al Girona. El partido parecía más una pachanga para el Real Madrid, prácticamente desentendido del encuentro. La defensa hacía agua por todas partes, y a la hora de juego, el 'Taty' Castellanos firmó un póker que seguramente jamás olvidará. Centro desde la derecha al corazón del área, nuevo error de Militao en el marcaje y cabezazo del argentino a placer. Imagen paupérrima de los madridistas, que después tuvo que aguantar los olés de Montilivi, con un Girona gustándose con largas posesiones.
Si el Real Madrid no hizo ademán de buscar la remontada tras el 3-1, menos con el 4-1. Minutos de impasse, sin emoción, con pocas aproximaciones, hasta que ya en los últimos diez minutos, Ancelotti decidió mover el banquillo metiendo a Lucas y Mariano por Carvajal y Rodrygo. Ambos le imprimieron un poquito más de ganas, junto a un incombustible Vinicius, que siguió intentándolo hasta el final. Tanto, que en el 85' se marcó un jugadón para asistir a Lucas al segundo palo y maquillar así un marcador que no se volvió a mover. Derrota contundente por 4-2 del Real Madrid, que tira ya definitivamente LaLiga -si es que había alguna duda- y gran victoria de un Girona que ya está matemáticamente salvado. Si esta es la forma de preparar la final de Copa y las semifinales de Champions contra el Manchester City, mal camino. Toca pensar ya en la próxima cita ante el Almería (sábado 18:30 horas).