La curiosa anécdota de Rodrygo durante su infancia: "Pensaron que me habían secuestrado"
Fuente: AS
La pasión de Rodrygo Goes por el Real Madrid viene desde que era bien pequeño. Así lo ha demostrado el jugador madridista en un artículo en The Players Tribune en el que cuenta su pasión por el club blanco, por Brasil y por el Mundial.
"Mi papá siempre decía que las palabras tienen poder. Tuve todos estos sueños cuando era niño, hermano, me encantaba soñar, así que me decía a mí mismo las mismas cosas: ‘Voy a jugar para Brasil’. E iba corriendo con una camiseta falsa de Brasil y el peinado mohicano de Neymar. Voy a jugar en el Real Madrid. Cuando tenía 10 años, el tema de mi fiesta de cumpleaños fue 'Rodrygo Real Madrid'. Voy a ganar la Champions League. La cima del fútbol de clubes. Voy a jugar en la Copa del Mundo. La cima del fútbol, punto", comienza explicando el delantero carioca, que también ha revelado más anécdotas sobre su infancia:
"Cuando era un niño pequeño, mi mamá me llevaba a un bazar donde trabajaba mi tía, y cada vez que iba me llevaba una pelota. Pobre tía, tuvo que pagarlas. Cuando tenía dos años, jugaba de 8 am a 10 pm ¿Juguetes? No hay necesidad. Dios me dio un regalo, no hay otra explicación. ¡Así que papá me hizo la vida el doble de difícil!", añade Rodrygo.
EL SUSTO DE RODRYGO
Finalmente, el futbolista del Real Madrid también cuenta cómo fue captado jugando en la calle y el susto que le dio a su familia pensando que le habían secuestrado: "Mamá sufrió mucho. Solía jugar con niños mayores en una calle cerca de nuestra casa en Osasco, São Paulo. Todos iban a ir a una academia, pero yo era demasiado joven. Un día, cuando tenía seis años, el entrenador de la academia se detuvo en su automóvil para vernos jugar; creo que ese fue el día en que estaba inscribiendo a los niños para un torneo. Debí haber jugado bien, porque me dijo: '¡Oye, Rodrygo, vámonos!'. Salté a su auto y nos fuimos. Dos de mis primos estaban cerca y habían visto desaparecer al pequeño Rodrygo en un automóvil desconocido. Pensaron que me habían secuestrado", desvela Rodrygo Goes.