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Real Madrid - Valencia CF I Sonríe, marca y baila, volvió el mejor Vini Jr

de Sergio Hervás
Vinicius, Real Madrid

Desde el 22 de mayo de 2023, había una fecha marcada en rojo en el calendario de Vinicius Júnior. Aquel día, un caldo de cultivo presente durante toda la pasada campaña estalló de la peor manera posible, con un lamentable incidente racista sobre el niño maravilla del Real Madrid.

Precisamente por ello, en la noche de hoy, todas las cámaras le enfocaban a él. El mundo del fútbol se paralizó, consciente de que Vini Jr estaba ante una gran cita y no es ninguna novedad que, en ellas, el brasileño se crece y saca su mejor versión.

VINICIUS TENÍA QUE COBRAR UNA CUENTA PENDIENTE

Sus ganas y su concentración quedaron patentes desde que salió a calentar. Esa mirada penetrante a su afición y esa sonrisilla traviesa exponían a la perfección que Vinicius estaba convencido de que se avecinaba una gran noche para él, y así ha sido. Toda esa alegría y esa eterna sonrisa que le arrebataron en Mestalla se ha convertido en la noche de hoy en una auténtica fiesta para el mejor futbolista de LaLiga en la pasada temporada. Una fiesta de las suyas, de samba, baile, goles y, sobre todo, mucha felicidad.

Prácticamente en los primeros compases del choque, Dani Carvajal pegaba un zapazo desde fuera del área y anotaba un auténtico golazo para abrir la lata el choque. Entonces, Vini apretó el puño y sonrió como si ya supiera que el siguiente era él. Pues bien, al filo de la conclusión del primer acto, el ’7’ merengue aprovechó la asistencia de su amigo Rodrygo, con el que hoy se ha asociado a la perfección, y ha mandado el esférico al fondo de las mallas con un sutil toque con el pecho.

BAILÓ CONTRA EL RACISMO

Asimismo, tras el descanso, Vini Jr volvió a saltar al césped con ganas de más; con ganas de hacer historia; con ganas de callar bocas y cerrar portadas de periódicos; con ganas de resarcirse por todos aquellos que le llevan persiguiendo desde mayo… y todas esas ganas se trasformaron en un golazo del brasileño nada más comenzar la segunda parte. Vinicius recortó, se metió hacia dentro y, desde fuera del área, con la diestra, realizó un golpeo seco lejos del alcance del guardameta ché.

No obstante, en ambos goles hay un aspecto, indispensable en el contexto en que se ha producido este choque, común en las dos celebraciones. Era obvio, pero por si alguien tenía alguna duda, Vinicius José Paixão de Oliveira Júnior bailó; bailó para los racistas de Mestalla; bailó para ver cómo titulaban aquella los “periodistas” de ‘Superdeporte’; bailó por todos aquellos que en vez de apoyar a la verdadera víctima le tachaban de provocador; bailó por aquel personaje que le invitó a irse al Sambódromo de Brasil; bailó por los niños de su instituto que admiraban orgullosos como el vigente Premio Sócrates daba un recital en la que ya es su casa; bailó por todos aquellos que lamentablemente han sufrido esta lacra social que lleva soportando él desde que aterrizó en Madrid…; en definitiva, bailó al tomar consciencia de que acababa de anotarle dos goles al mayor de sus enemigos, al racismo.


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