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A mirar hacia adelante

de Andrés Espuelas

Es complicado sacar conclusiones tras la segunda Euroliga perdida por el Real Madrid. El ambiente es raro - ¡ay si dicen al principio de temporada que Maccabi iba a ganar! -, el equipo se veía con una confianza enorme, sobre todo, tras la paliza al FC Barcelona. Las imágenes son demoledoras: 'El'Chacho' eliminado con la quinta personal, Llull igual, Rudy con un dedo fracturado, etc.

Si el año pasado fue Spanoulis, el MVP de la final, el que intentó levantar a los madridistas abatidos, este año ha sido Rice, también MVP y que es la imagen del Maccabi. Un equipo que iba de tapado y es el ejemplo de una plantilla trabajada gracias a la mano de uno de los mejores entrenadores de Europa, sino el mejor.

Puede que sea el mal porcentaje en el triple lo que haya que mejorar, el rebote, las ayudas, la decisión de no fichar tras las lesiones y un largo etcétera que no es momento de dictaminar. Ya habrá tiempo de discutir qué ha pasado a un equipo que solo había perdido tres partidos antes de la Final Four y que ha sido el mejor conjunto a lo largo de la temporada de Europa. Sin embargo, una final es una final.

Aún así la sensación más amarga que queda es por los aficionados presentes en Milán -y por los que no han podido ir-. Habrá que apoyar en un futuro a una sección que ha puesto su enorme granito de arena, sobre todo estos últimos dos años, para que el escudo del Real Madrid sea aún más grande.

No queda otra que lavarse la cara y mirar adelante. Falta rematar una Liga Endesa en la que se ha hecho historia y pensar ya en una Euroliga, la del año que viene, que se disputará en el Palacio de los Deportes y en la que seguro que los de Laso volverán a estar entre los mejores.


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