Apostamos todo al cero
"Si sale cara, gano yo; si sale cruz, pierdes tú"
Es posible que sólo sea una impresión mía cargada de subjetividad, no lo descarto, pero me ha parecido que la consecución de la décima Copa de Europa por parte del Real Madrid no ha tenido el eco mediático que se merecía. Sí, ya sé que el Madrid tenía nueve, que una más no significa lo mismo que perder la virginidad, que obtener la primera, pero, aun así, me ha sabido a poco.
La misma noche del sábado, la madrugada del domingo y también en los días sucesivos, lo accesorio parecía primar sobre lo esencial: los cinco minutos de descuento, la celebración del cuarto gol por parte de Cristiano Ronaldo, el aparente desmantelamiento de la plantilla del Atlético de Madrid… Como diría L’Equipe, caso único en la historia del futbol mundial, se prestaba más atención al perdedor y sus circunstancias que al equipo que, después de doce años de espera, había logrado redondear su palmarés con un número casi mágico: diez copas de la máxima competición continental en sus vitrinas.
A lo largo de los siguientes días, la tónica no varió. Los diarios abrían sus ediciones con la Selección Española de Fútbol, relegando la información del Real Madrid a las páginas interiores, y no las primeras precisamente, o dedicaban amplia cobertura a las salidas del Atlético o las posibles llegadas al Barça que ahora dirigirá Luis Enrique.
¿Y el Madrid? La eterna canción de siempre, la aburrida melodía que nos acompaña desde hace más de un año: el presente y futuro de su portero y capitán Iker Casillas.
En un lapso de tiempo de exactamente 24 horas, en la Cadena SER, en el programa El Larguero, nos proporcionaron la prueba irrefutable de que los ciudadanos periodistas son como la banca en los casinos, siempre ganan. El jueves día 29, José Ramón de la Morena informaba de que, con toda seguridad, Casillas se quedaría en el Real Madrid. Al día siguiente, David Alonso aseguraba, con la misma rotundidad que su jefe, que Iker no está feliz en el Madrid y pretende hablar con el club para ver qué futuro le espera la próxima temporada a las órdenes de Carlo Ancelotti. Y pase lo que pase, se quede o se vaya el capitán, ellos proclamarán ufanos a los cuatro vientos que ya lo anunciaron antes que nadie.
Entre medias, una entrevista a Florentino Pérez en Al Primer Toque, en Onda Cero y Radio Marca, en la que, de manera jocosa, proclamaba algo que está en la mente de todos: cada futbolista tiene sus amigos en la prensa que se encargan de informar de ofertas de tal o cual equipo justo antes de plantear una renovación de contrato o una mejora en sus emolumentos. También los presidentes, añado yo, pero eso es otra historia.
Iker Casillas no pretende que le garanticen la titularidad en el Madrid, pero su suplencia en el último año ha hecho mella en su ánimo; no discute las decisiones de Ancelotti, pero no estaría dispuesto a soportar otra temporada en el banquillo; no dice ni media palabra en público, pero siempre hay un ciudadano periodista de guardia para hacernos llegar sus inquietudes.
PS: ¿Casualidad que esta información aparezca nada más levantar Casillas la décima Copa de Europa, justo antes de partir hacia el Mundial de Brasil? En una semana en la que debería reinar la alegría, la paz y el sosiego en el Real Madrid, añado.