Asensio y las lágrimas de un sueño
Marco Asensio no pudo aguantar la emoción en su presentación como jugador del Real Madrid. Es la culminación de un sueño, del trabajo de muchos años y de haber tenido que sortear los palos que da la vida. Reconocía Florentino Pérez que el padre del balear predijo hace más de una década que su hijo jugaría con la camiseta blanca, esa misma que hoy ha vestido con una sonrisa reluciente en el Santiago Bernabéu. Esta confesión del presidente vino después de un sincero: "El Madrid te ha elegido, pero tú también le has escogido". Una historia de amor que llegó al clímax con las lágrimas de un joven que ve cómo ha logrado lo que todos desean y muy pocos consiguen.
Su humildad, su trabajo, su sacrificio y sus ganas de comerse el mundo han sorprendido a Zidane durante la pretemporada. Esa convicción ha servido para ver recompensada su calidad y profesionalidad con un puesto en la plantilla. Se acabaron las cesiones. La época de maduración ha terminado y ahora es la hora de disfrutar con un futbolista distinto que tiene todo el futuro por delante pero que ya se ha convertido en presente.
Se prevé un largo idilio de Asensio con el Santiago Bernabéu, ese que hoy ha pisado siendo el centro de todas las miradas. Tiene ese ángel que la afición blanca sabe reconocer y valorar. Un chaval con desparpajo sobre el césped, pero con la misma humlidad de siempre fuera. La joya que todos los clubes querían tener, pero que el Real Madrid supo trabajar para obtener la recompensa. Un año en Primera ha servido para que demostrara cómo podía echarse a las espaldas un equipo histórico como el Espanyol. El éxito ahora está cerca, pero a su vez muy lejos. Tiene que demostrar que ese escudo redondito y con muchas Copas de Europa no le pesa en la camiseta. Al igual que pocos llegaron al Madrid, muchos de ellos no supieron aguantar la presión. Asensio lo sabe y por eso no fallará. Lleva escrito en la frente la palabra sacrificio. El resto llegará solo.