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Bale y Asensio lanzan al Madrid

de Francisco José Reina

La Liga empezó para Gareth Bale del mismo modo en que terminó la de la temporada pasada: marcando en Anoeta y liderando al equipo sin Benzema ni Cristiano sobre el campo. Ayudado esta vez por la nueva y joven hornada madridista, el galés -con su hernia incluida- encarriló el partido con un cabezazo (como en su último partido contra la Real Sociedad) que supuso el 0-1 en el casillero. Tras el gol, Morata evidenció que su vuelta a Madrid no es un capricho sino una exigencia, pues completó un partido que difiere mucho de lo mostrado en pretemporada. Conectó con sus pasadores, hizo un alarde de compromiso en cada una de sus ayudas defensivas y participó activamente en las jugadas más peligrosas del conjunto de Zinedine Zidane. Un Zidane que no conoce la derrota como visitante en Liga desde que cogiera las riendas del equipo la temporada pasada, circunstancia que no le libró de tener que dar explicaciones en rueda de prensa sobre la suplencia de James (la misma crítica hubiera recibido si, en lugar de alinear a Asensio, lo hubiera hecho con el colombiano, claro). Una crítica asegurada que zanjó con el mallorquín de titular, decisión acertada viendo la genialidad del que sería el segundo gol en subir al marcador madridista. Viendo como bajaba el balón de Varane hacia la posición en la que se adentraba, acomodó la pelota en un gesto técnico zidanesco que finalizó con una vaselina impecable. Hasta que llegase el tercer y último gol del encuentro, Casemiro dio un recital táctico de insuperable categoría, anticipándose, destruyendo y eliminando cualquier atisbo de peligro por parte de la Real Sociedad. Así, en el último minuto, Bale volvió a anotar, concluyendo su doblete particular. En un Madrid sin Modric, Cristiano Ronaldo, Benzema, Keylor Navas ni Pepe, empezar ganando 0-3 en San Sebastián no se antoja mala manera de arrancar uno de los objetivos prioritarios de la temporada: la Liga.


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