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Bienvenido James

de Jorge Calabrés

James Rodríguez aceptó el reto de volverse a ganar el sitio en el Real Madrid. Desechó una huida por la puerta de atrás y decidió quedarse para triunfar de blanco, o de morado según el día. En Cornellá demostró que puede ser clave. También lo fue ante el Sporting de Portugal con una rosca perfecta que Morata cabeceó a la red en el minuto 94. Sí quiere, puede. Y ahora quiere. Atrás quedaron las malas caras, los gestos y la desidia de la pasada temporada. Su calidad nunca ha estado en entredicho, pero sí su entrega o incluso su profesionalidad. Este James es el que el madridismo quiere. Porque si algo te enseña el club blanco es a no rendirte nunca. A pelear, a luchar hasta el final. En definitiva, a superarte cada día. El colombiano parece haber captado el mensaje. 

Un James renacido es todo lo que el Madrid necesita. Zidane confió en el internacional cafetero, pero acabó hartándose. Ahora toca al centrocampista volverse a ganar el cariño y la complicidad del francés como la de aquel hijo pródigo que regresa a casa tras tomar el camino equivocado. Ya da igual cuáles fueran los motivos, lo importante ahora es el presente y el futuro para un jugador de 25 años que sigue llamado a marcar una época no solo en el Real Madrid sino en el fútbol mundial. 

Su golazo al Espanyol es la confirmación de que James está de vuelta. De que ha cambiado y de que tiene más ganas que nunca. Tuvo el cariño del Bernabéu desde que aterrizó en la capital de España y muy pronto volverá a ponerlo a sus pies. Porque James es único, pero debe comprender que sin trabajo y esfuerzo no se llega a ningún lado. Y, sobre todo, poner al escudo que lleva en el pecho por delante de todo. Aquí no importa uno u otro jugador, el Real Madrid es lo primero. Bienvenido James. 


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